Una canción
¡Feliz viernes! La canción será hoy algo distinta porque no va a tener palabras. Esto tampoco es tan raro puesto que el género de la canción sin palabras también era muy habitual. Pero vamos a remontarnos a épocas más antiguas para disfrutar de una obra llena de colores.
Nos la trae Giovanni Gabrieli (c.1554/1557-1612), compositor italiano nacido en Venecia. Se dedicó a componer en todas las formas musicales aunque prefirió los géneros sagrados e instrumental. Le ayudó su trabajo para la basílica de San Marcos, cuya disposición espacial le permitió usar dos coros separados (cori spezzati) y enfrentados entre sí. Los primeros motetes que publicó aparecieron en un volumen de obras de su tío Andrea, y fue en 1587. No solo los nombre aparecían conjuntamente sino que examinando de cerca la obra del sobrino puede apreciarse una influencia que viene desde la música del tío. Sin embargo, a partir de 1605 la música de Giovanni se liberó de influencias y tomó un camino más personal.
Vamos a escuchar su Canzon VII a 7, publicada en su volumen Canzoni et sonate... a 3. 5. 6. 7. 8. 10. 12. 14. 15. & 22. voci, per sonar con ogni sorte de instrumenti, con il basso pero l'organo de 1615. Lo que más destaca de la pieza es un incesante ritmo en compás binario y con un ritmo sincopado que no cesa a lo largo de la obra. Cada una de las siete voces van entrando en imitación y se incorporan a ese incesante fluir de la música. Al final de la misma aparece un movimiento más rápido, con todas más breves también con diversas voces que se van respondiendo una a otra de forma antifonal.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La interpretación es de Hespèrion XX dirigido por Jordi Savall.