El canto de la salve

Salve Reina, Desenclos

¡Feliz sábado! Siempre es buen día para cantar la salve y hoy no va a ser menos. El canto de hoy va a ser muy delicado y vendrá de la mano de un maestro que nunca ha aparecido por aquí por lo que vamos a darle la más calurosa de las bienvenidas.

Alfred Desenclos

Es Alfred Desenclos (1912-1971), compositor francés nacido en Le Portel. Él a sí mismo se aplicó el calificativo de romántico y su música es destacable por su expresividad y por una naturaleza altamente expresiva. La técnica de la que gozaba le permitía hacer casi lo que quisiera con la música pero, a pesar de ello, su producción era muy escasa. Durante cierta cantidad de años tuvo que dejar de dedicarse a la composición para ayudar a que su familia saliese a flote; así, trabajó como ingeniero industrial hasta que pudo retomar su tarea musical muchos años más tarde, matriculándose en 1929 en el conservatorio de Roubaix. Allí estudió piano y se dedicó principalmente a componer música religiosa. Los estudiosos de su obra le encuentran similitudes con Saint-Saëns y Fauré.

Escuchemos su Salve Regina. Apreciamos una fuerte influencia del canto gregoriano y cómo el maestro francés lo resuelve moviéndose por medio de terceras y usando frecuentemente tríadas. Sin embargo, Desenclos utiliza un movimiento ágil y fresco, con un uso intenso de las corcheas y cambiando el compás de vez en cuando para adaptar la música como un guante al texto. Una obra bella y sabia.

La interpretación es de Texas A&M Century Singers.

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