La cena del Cordero

Ad coenam, Palestrina

¡Feliz miércoles! De vez en cuando me gusta hacer algún tipo de experimento pedagógico, como yo los llamo, y presento composiciones basadas en el mismo tema o texto pero de distintos autores. Por lo menos, nos permite acercarnos a ella desde diferentes puntos de vista. Los de hoy y mañana serán de grandes maestros.

Palestrina

El primero es de Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), compositor italiano nacido en Palestrina, perteneciente entonces a los Estados Pontificios. En la Piazza Regina Margherita el pueblo, de unos veinte mil habitantes, le dedicó una estatua que se colocó en el centro de la misma. Fue Arnaldo Zocchi quien realizó la obra, que se concibió en 1894, cuando se conmemoró el tercer centenario de la muerte del compositor prenestino, ya que ese es el gentilicio. Hubo cierta controversia en su colocación porque había quien pensaba que debería estar en otros sitios. Finalmente fue colocado en dicha plaza en 1921 y ha sido restaurado en 1996 y 2017. Con ese monumento se terminaba de reconfigurar la plaza que se iniciaría a finales del siglo XIX, donde unas excavaciones sacarían a la luz allí un antiguo templo dedicado a Júpiter.

Escuchemos su Ad coenam agni providi a cuatro voces. Como era habitual, aparece con los versículos alternándose en polifonía y canto llano: cuatro y tres, respectivamente. El primero está escrito con una abigarrada imitación, con el bajo presentado la segunda parte de la melodía del canto llano. El segundo versículo polifónico imita pero de una forma más amplia, con un mayor grado de elaboración. El tercero es prácticamente homofónico con una bella cadencia sobre plebs captivata y el último se llega a expandir de forma amplia a cinco voces gracias al añadido de un segundo tenor, de forma que es el momento más emocionante y más largo de toda la pieza.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de The Sixteen dirigido por Harry Christophers.

Volver arriba