La cena del Cordero

Ad coenam, Victoria

¡Feliz jueves! Tal y como comenté ayer, vamos a acercarnos a este tema pascual mediante otra obra polifónica. Quien nos la traerá hoy será uno de nuestros más insignes maestros, de esos que casi no hay que mencionar porque viene a nuestra mente cuando intentamos hacer una lista de los mejores compositores de todos los tiempos.

Tomás Luis de Victoria

Una vez más vamos a acudir a la música de Tomás Luis de Victoria (c. 1548-1611), compositor español nacido en Ávila. Ayer comenté cómo Palestrina tiene una estatua en su localidad natal. Victoria no se queda atrás aunque, en este caso, la efigie es bastante más reciente. El polifonista tiene un monumento en la plaza Teniente Arévalo de Ávila en forma de imagen de bronce sentada que ofrezco en la foto. Mide 1.56 metros y su autor es Óscar Alvariño, quien también ha realizado una estatua de santa Teresa de Jesús. El autor dice que es una representación del «compositor espiritual», «un creador cantando la música en su cabeza». El maestro cuenta cómo tuvo problemas con la imagen del compositor porque solo hay un grabado suyo; sin duda ha sabido recogerlo todo en una obra fabulosa.

Escuchemos su Ad coenam agni providi a cuatro voces, como su homóloga de Palestrina; lleva la indicacón In octava Pasche vique ad Ascensionem y fue publicada en 1581 y 1600. Aquí también Victoria alterna los versículos en canto llano con los polifónicos. El maestro escribe los dos primeros momentos polifónicos en imitación bastante estricta mezclada con fragmentos en movimientos paralelos. En el momento de cantar Consurgit Christus Victoria usa tres voces, las tres agudas, ya que nos habla del paraíso. Termina con el Gloria tibi Domine, en compás ternario y en homofonía, para realzar la alabanza al Dios que ha resucitado a su hijo.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es del Ensemble Plus Ultra dirigido por Michael Noone.

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