¡Feliz lunes! Empezamos la semana con una pieza curiosa de un maestro que creo ha sido igual de denostado que alabado. También le tocó vivir en una época algo convulsa en la que muchos vieron su música como oportunista y efectista.

Hoy viene con nosotros Henryk Górecki (1933-2010), compositor polaco nacido en Czernica. Su éxito le vino gracias a la composición de la Sinfonía n.º 3, subtitulada De las canciones tristes. Se grabaron muchísimos discos y ganó mucho dinero, lo que le llevó a ser criticado. Su música siempre ha estado entroncada con las raíces polacas y en ella se refleja el impacto emocional producido por la Segunda Guerra Mundial. También compuso música en honor al sindicado Solidaridad, con lo que la política también ha estado presente en su obra. Para todo ello se procuró su propio sistema musical y se alejó del hipermodernismo. Ese lenguaje peculiar está formado por una gran cantidad de géneros musicales, pasados por el tamiz actual.

Vamos a escuchar su Concierto para clave y orquesta, op. 40. Es una composición escrita tras esa exitosa sinfonía a la que antes aludía. Si esta estaba compuesta de tres movimientos lentos el concierto tiene solamente dos rápidos, que giran en torno a la nota re. El primero se despliega a partir de una melodía de las cuerdas por octavas, que el solista va ornamentando poco a poco. Cada frase aparece más adornada por el solista y casi siempre se mantiene en el modo eolio hasta que la región central aporta un contraste. El segundo movimiento tiene carácter de danza, con una melodía que constantemente se intercambian el solista y la orquesta, con una tonalidad de re mayor dominándolo todo.

La interpretación es de Piotr Orzechowski (clave) y la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional Polaca dirigida por Alexander Liebreich.