En el comienzo

In the beginning, Copland

¡Feliz viernes! Ese momento del comienzo del mundo ha cautivado a muchos artistas de todos los géneros. Me viene a la mente una famosa obra de Darius Milhaud, aunque no será de él de quien escuchemos hoy música. A veces de Estados Unidos no nos llega como debiera su música clásica y sí lo hace de otros géneros. Allí tenemos a grandísimos maestros como Gershwin o al que vamos a escuchar hoy.

Aaron Copland

Se trata de Aaron Copland (1900-1990), compositor estadounidense nacido en Nueva York. Sus padres era inmigrantes judíos lituanos y hasta los trece años no le dejaron tomar clases de piano, edad a la que empezó a componer. No aprendió música formalmente sino que se dedicó a ir a todos los conciertos que podía. En París estudió con Viñes y Boulanger y, a su vuelta a Estados Unidos, su estilo se hizo más austero e incisivo. No le agradó trabajar para ninguna universidad sino que le gustaba escribir para periódicos, organizar conciertos, etc. En la década de 1930, la música de Copland fundó de alguna forma el llamado estilo americano, libre de cuestiones intelectuales y con gran simplicidad armónica y melódica. Incluso llegó a adoptar una aproximación muy personal al estilo dodecafónico sin perder las características propias de la música de Copland, siempre tan fresca.

Escuchemos su cantata In the beginning..., compuesta en 1947, para mezzosoprano y coro. El texto está tomado de los primeros capítulos del libro del Génesis. Aquí no hay rastros de música popular como en los famosos ballets que había compuesto Copland. Se abre la composición en forma de recitativo y luego el coro entra casi susurrando. En toda la obra la voz solista interviene como narradora, con varios pasajes con la frase «Y Dios dijo...». Poco a poco vamos recorriendo los siete días de la creación y el coro va ejecutando momentos que nos recuerdan al canto gregoriano y a veces las cuerdas vocales se dividen para crear una textura más gruesa y llena de vigor. En todo momento la composición parece un himno con momentos marcadamente diatónicos y fragmentos bitonales, otros canónicos y un canto eninentemente silábico.

La interpretación es del Concordia Chapel Choir dirigido por Michael Culloton y con Holly Janz como solista.

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