Un cuarteto muy especial

Suite, Vallet

¡Feliz lunes! Siempre que hablamos de cuarteto nos suele venir a la mente el cuarteto de cuerdas o incluso un cuarteto vocal. La conjunción de los cuatro instrumentos de hoy es algo inesperada por lo poco habitual. En la época antigua era habitual echar uso de ciertas combinaciones de música que incluso eran dejada a la creatividad de los intérpretes.

Ámsterdam

Hoy nos visita Nicolas Vallet (c. 1583-c. 1642), compositor y laudista francés nacido en Corbeny. Precisamente fue en el laúd en el instrumento en el que fue una verdadera autoridad que se trasladó a Holanda donde Sweelinck era el compositor dominante. En sus obras, Vallet usó abundantemente ritmos de danza y unas melodías perfectamente equilibradas y ornamentadas, con una importante influencia francesa. Aunque también compuso obras vocales religiosa, a partir de 1620 se concentró en el laúd, al que también le añadía una voz para componer obras que sin duda servía para entretener al público holandés. Su música también fue influyente en Alemania, Austria y Suecia.

Escuchemos su Suite para cuatro laúdes. Está compuesta por los movimientos Ballet, Ballet, Est-ce Mars, Courante de Mars, Un jour de la semaine, Allon aux y Gaillarde. Es posible que fuese una de las obras que compuso para él y otros tres laudistas ingleses con los que formó un cuarteto en 1626. Sin embargo, esta pieza fue publicada en 1616, por lo que ese cuarteto bien pudo interpretar composiciones similares. Hay quien incluso sostiene que pudo interpretarse en París como ballet de court, aunque no hay constancia de ello. Es, sin embargo, una preciosa música, refrescante y delicada.

La interpretación es de Jakob Lindberg, Robert Meunier, Nigel North y Paul O'Dette a los laúdes.

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