El cura ladrón

Sobre esto nos habla la cantiga n.º 318, incluida dentro de las Cantigas de Santa María por el rey Alfonso X el Sabio en el siglo XIII. El título de la misma es Quen a Déus e a sa Madre escarnno fazer quisér.

Como pasa con las demás, para esta tenemos una pequeña introducción: Como Santa María se vingou do crérigo que furtou a prata da cruz.

En Hita, en Toledo, había un sacerdote que era gran predicador... aunque un redomado ladrón. En su iglesia había una gran cruz de plata que robó y entregó la plata a una amiga suya. Al día siguiente, mostró a la gente la cruz sin la plata, empezó a llorar y a increpar a quien la había robado, incluso pidiendo a Dios que dejase ciego al ladrón. Cuando terminó la Virgen lo dejó ciego y nadie podía curarlo. Además, le creció tanto la nariz que le cubrió la boca. Era el castigo (!) que la Virgen le había infligido por su afición a lo ajeno.

Puede encontrarse más información sobre esta cantiga haciendo clic aquí.

La interpretación es de Eduardo Paniagua.

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