Una famosa melodía

Sonata sopra la monica, Marini

¡Feliz jueves! La melodía en la que se basa la composición de hoy es una de las más conocidas de su tiempo y en la que muchos grandes maestros se fijaron para elaborar sus obras. En el caso de hoy, vamos a disfrutar de una bellísima obra italiana.

Brescia

Viene a acompañarnos hoy Biagio Marini (1594-1663), compositor italiano nacido en Brescia. Es uno de los primeros virtuoso profesionales del violín que se conocen y no solo destacó por ello sino también por su gran habilidad con la armonía. Con unos dieciocho años fue nombrado violinista de San Marcos en Venecia y es bastante probable que estuviese a las órdenes de Claudio Monteverdi. En 1621 estaba trabajando para la familia Farnese en Parma. Más o menos fue repitiendo este esquema de trabajo, perteneciendo a diversos lugares durante cortos periodos de tiempo. Su música tiende a ser instrumental, con un gran manejo de la técnica. Parece que escribió los trémolos para las cuerdas unos ocho años antes de que Monteverdi los «inventase». Siempre elaboraba mucho las melodías para las que tenía un talento especial.

Escuchemos su Sonata sopra la Monica. La mónica era una melodía popular en buena parte de la Europa del siglo XVI. Toma su título de uno de sus versos, Madre non mi far monaca, y narra cómo una bella joven fue obligada a meterse a monja; en Francia circuló con otro título y otra historia y era conocida como Une jeune fillette. Sobre esta melodía se basa Marini para componer su imponente sonata. Fue publicada en Venecia en 1629 dentro de su colección Sonate Symphonie Canzoni, Pass’emezzi, Balletti, Correnti, Gagliarde e Retornelli op.8 y es una pieza en forma de variaciones con la melodía bastante desdibujada y casi limitada al soporte armónico. Una bella composición que es la más interpretada de este maestro italiano.

La interpretación es de Jubal Fulks y Spencer Martin (violines), Eric Lenz (chelo) y Gabriel Shuford (clave).

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