¡Feliz miércoles! La fantasía es una forma musical que abarca muchos aspectos. Sin embargo, por encima de cuestiones teóricas, generalmente cuando los compositores escriben una fantasía, suelen dar lugar a obras realmente bellas y con mucha intensidad.

Hoy tenemos con nosotros a Ina Boyle (1889-1967), compositora irlandesa nacida en Enniskerry. En 1923 cruzó el canal que separa Irlanda de Inglaterra para ir a estudiar con Ralph Vaughan Williams, quien confiaba mucho en ella e incluso había interpretado alguna obra suya. Sin embargo, todo se torció debido a la Segunda Guerra Mundial, lo cual hizo que dejase de viajar e incluso sus oportunidades musicales cesaron también. Ella siguió componiendo a pesar de todo (es más lo hizo hasta casi el momento de su muerte) y nunca dejó de presentar sus obras allí donde le era posible. Era amiga de Elizabeth Maconchy (a quien hemos escuchado por aquí) y esta se dio cuenta que la música de Boyle estaba cayendo en el olvido por causa del aislamiento, algo que no se resignaba a no superar.

Escuchemos su Fantasía. Es una composición de 1926 para violín y orquesta de cámara. La obra comienza con una bella melodía del violín con un lenguaje muy tonal y con muchas reminiscencias de Vaughan Williams. Poco a poco, los sonidos idílicos van apareciendo a la vez que el ritmo se intensifica. El solista establece un diálogo con los instrumentos de la orquesta de cámara por medio de episodios que aportan a la pieza brillantes y variedad. A veces incluso parece que escuchamos una música modal, siempre atractiva para los oídos y llena de una gran sabiduría.

La interpretación es de Erin Hennessey (violín) y alumnos de la Royal Irish Academy of Music.