¡Feliz martes! Hace poco que celebramos la fiesta del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. La fuerza de Dios que nos vigoriza está presente en nuestras vidas y esto es lo que canta la obra de hoy, que proviene de una de las grandes místicas de todos los tiempos.

Se trata de santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), mística alemana nacida en Bermersheim vor der Höhe. Entró pronto como oblata en un monasterio. La idea era que se quedará ahí de por vida pero murió con ochenta y un años, tras haber sido abadesa de dos comunidades y haber mantenido una intensa correspondencia con reyes. En una carta apeló al emperador Federico Barbarroja como un «joven idiota» y por eso y por otras circunstancias fue considerada una mujer muy influyente, a pesar de ser mujer en una época como la Edad Media. Es conocida como una de las primeras compositoras y sufrió durante toda su vida visiones que la dejaban debilitada, y que fue escribiendo en diversas obras. Poco después de su muerte empezó la causa de canonización pero no terminó siéndolo hasta 2012, gracias al papa Benedicto, que también la nombró doctora de la Iglesia.

De ella vamos a escuchar O ignee Spiritus. Es un himno al Espíritu Santo y gira en torno a la nota re. Sube una octavas aguda en la palabra lucerna (luz) y luego otra en intellectus. Se van sucediendo saltos de quintas y en todo momento la santa hace uso de la modalidad, tanto en cuanto a la música como al texto. Este es un rico y está lleno de imágenes y fragmentos alegóricos dedicados al Espíritu divino.

La interpretación es de Judith Rajk.