Te glorificamos

Tebe poyem, Chesnokov

¡Feliz jueves! La música religiosa rusa tiene una especial sonoridad quizá porque casi toda la que se compone tiene uso litúrgico. Esos coros siempre tienen un no sé qué que nos atrapan. Suele ser música directa y solo pensada para la alabanza a Dios, algo que se pone especialmente de manifiesto en la composición de hoy.

Pavel Chesnokov

Quien la ha compuesto es Pavel Chesnokov (1877-1944), compositor ruso nacido en Vladimir, cerca de Moscú. Lo que decía en la introducción tiene más sentido ya que Chesnokov es el mayor compositor de música sagrada rusa (coral, evidentemente). Estudió en Moscú y luego privadamente con Taneyev y, en el conservatorio, con Ippolitov-Ivanov. Su formación, así, era de lo más sólida. Además, su actividad era frenética no solo componiendo sino dirigiendo y dando también clases. Tras la Revolución Bolchevique tuvo que dejar la música religiosa y se dedicó a la profana. En 1920 fue el encargado de dirigir el programa coral del conservatorio de Moscú y fue el maestro de coro de la Catedral de Cristo Salvador también de la capital. La catedral fue demolida para construir un rascacielos en su lugar, cosa que no ocurrió. Chesnokov, apenado, dejó de componer.

Escuchemos su obra titulada Tebe poyem. El maestro hace aquí su versión de uno de los himnos de la liturgia de san Juan Cristóstomo. Comienza con unos sonidos graves y oscuros en si menor, con los bajos a una profundidad casi abismal. Poco a poco la luz va haciendo acto de presencia y el re mayor va dando luz a la música, de una belleza muy especial.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Tenebrae dirigido por Nigel Short.

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