Un gran concierto en versión desconocida

Concierto para piano, op. 61a, Beethoven

¡Feliz jueves! Como bien sabes, he decidido traerte dos veces al mes música de Beethoven porque en este año 2020 conmemoramos el 250.º aniversario de su nacimiento (el 16 de diciembre de 1770). Y la música la que recurro hoy proviene de un gran concierto suyo (grandísimo de verdad) pero en una versión que se conoce menos. A pesar de ello, la obra conserva toda la delicia del original.

Ludwig van Beethoven

Primero, algo de Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. Se da la circunstancia que murió en Viena un 26 de marzo, por lo que hoy conmemoramos también ese acontecimiento. Un periódico local de Colonia publicó siguiente: «Hoy, 26 de marzo de 1778, en la sala de concertos de la Sternengass, el tenor de la corte electoral, Beethoven, tendrá el honor de presentar a dos de sus discípulos. Concretamente, mdlle. Averdonc, contralto de la corte, y su pequeño hijo de seis años. La primera tendrá el honor de contribuir con varias bellas arias y el segundo con varios conciertos y tríos para piano, y promete que será un completo deleite para todas las damas y caballeros, aún más porque ambos tienen el honor de tocar para deleite de toda la corte». Ese pequeño de seis años era nuestro Ludwig van Beethoven, que en realidad tenía seis. Su padre le había rebajado un año la edad para que el pequeño estuviese rodeado de un aura de niño prodigio aún mayor y, quizá también, en imitación de Wolfgang Amadeus Mozart, a quien el padre de Beethoven admiraba grandemente; Mozart, saltó a la fama con solo seis años... Por cierto, ese acontecimiento como he escrito, ocurrió un 26 de marzo: ¡otra coincidencia más!

Vamos a escuchar su Concierto para piano y orquesta en re mayor, op. 61a, que es una versión para piano de su famosísimo Concierto para violín. La versión es del propio Beethoven, quien mantuvo el acompañamiento orquestal, en la mano derecha del piano puso la música del violín y en la izquierda el acompañamiento. Aunque parezca sencillo, la obra mantiene todo el encanto del original y la obra casi se ha convertido en una más original. El maestro no compuso cadenzas para el violín pero sí lo hizo para el piano. El primer movimiento, Allegro, ma non troppo, es especialmente brillante, con un papel destacado del timbal, desde el comienzo. El segundo es un Larguetto. Comienza con las cuerdas con sordina y el piano es el que se encarga de introducir el material temático. Termina con el famoso Rondo, con el tema del solista imitado en la orquesta. Una verdadera maravilla, como todo lo de Beethoven.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Dmitri Bashkirov (piano) y la Orquesta de Cámara de Lausana dirigida por Peter Csaba.

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