Cuatro grandes

Cuarteto op. 18 n.º 5, Beethoven

¡Feliz viernes! No vamos a escuchar hoy ninguna música compuesta por cuatro compositores al alimón sino que vamos a ver cómo una de las mejores mentes creadoras de todos los tiempos componía con tal grado de maestría para cuatro elegidos instrumentos, su especialidad.

Ludwig van Beethoven

Nos hará compañía hoy Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. Hay una anécdota que refleja bien cómo era el maestro. Un pianista, Daniel Steibelt, retó a Beethoven a una especia de concurso de interpretación creyendo que podía vencerlo. Steibelt tocó el primero, por ser el convocante, y lo hizo como él solía: creando como una especie de tormenta, llena de fuegos artificiales, para alegría de todos. Llegó el tiempo de Beethoven y este, en vez de llevar una pieza propia, cogió la composición de Steibel, giró la partitura 180º, e improvisó sobre la obra girada del retador. Esto hizo que la obra fuese el delirio de los presentes pero, al mismo tiempo, provocó que Steibel no solo se sintiese derrotado sino humillado, por lo que abandonó la sala de malas maneras.

Vamos a disfrutar de su Cuarteto de cuerdas n.º 5 en la mayor, op. 18 n.º 5, está dedicado al príncipe Lobkowitz. El primer movimiento es un Allegro que se abre con un tema que recuerda mucho a Mozart, lleno de optimismo con el contrapunto del segundo tema, más serio y contrastante. El segundo movimiento está marcado como Menuetto, y presenta un movimiento de danza al que le sigue un trío, predecesor del Romanticismo. Sigue un Andante cantabile, de nuevo con reminiscencias mozartianas. A un tema lento le siguen cinco variaciones. De nuevo nos acordamos del gran salzburgués en el Finale, lleno de músculo y garra. Un Allegro nos arrastra con su ritmo hasta la recapitulación y la coda finales.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es del Cuarteto Alban Berg.

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