El que habita al abrigo del altísimo

Qui habitat, Josquin

¡Feliz viernes! Nuestro discurrir por el tiempo pascual nos lleva a este viernes de la octava de Pascua. semana importante donde las haya. Evidentemente, quien está abrigado por los cálidos brazos de Dios no debe temer nada y goza del consuelo de la fe, ambos tan necesarios en los tiempos de crisis que vivimos. ¿Cómo se podría plasmar esto musicalmente? Nada menos que uno de los grandes maestro de la historia nos lo explica.

Firma de Josquin des Prez

Nos visita hoy Josquin des Prez (c. 1450/55-1521), compositor francés nacido en el entorno de Hainaut (actualmente en Bélgica). La producción de Josquin (como es habitualmente conocido) se enmarca no solo en el ámbito religioso sino también en el secular, abarcando todos los géneros vocales de los que disponía en su tiempo. Como compositor de polifonía lo tenía todo: inventiva en cuanto a la melodía y un uso creativo e ingenioso del contrapunto. Siempre que se le presentaba un problema sabía cómo resolverlo. El caso es que si ese mismo problem se le presentaba en otra situación, lo resolvía de otra forma distinta. Ya en 1547 se escribía sobre él que no solo era un magnífico virtuoso sino era capaz de mostrar todo el sentido del humor, llegando incluso a la sátira. La música de Josquin no solo es referente en el renacimiento musical sino que l es en toda la historia de la Música. Como rastros de él se conserva una firma suya en un graffiti de la Capilla Sixtina (que te muestro en la imagen) y en una carta se habla de su carácter. Se sabe muchísimo más de decenas de compositores de menor talla que de él...

Disfrutemos de su motete Qui habitat. Es un salmo (en 91) compuesto para unas impresionantes veinticuatro voces, divididas en cuatro grupos de seis. Se cree firmemente que sí es del maestro y es una de sus composiciones más paradigmáticas para conocer su técnica. Destacan los momentos iterativos, entre los que destacan repeticiones internas y la profusa utilización de la imitación. Si ya Ockeghem nos dejó demostrado qué se puede hacer con este número de voces, Josquin lo supera. A lo largo de sus 152 compases, usa continuamente una gran variedad de mecanismos polifónicos. Hay quien incluso sostiene que esta obra fue una respuesta a la de Ockeghem (aunque no estamos seguros de que sea de él). Con un patrón sencillo y simple, Josquin elabora este impresionante canon. Sobran las palabras.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es del Huelgas Ensemble dirigido por Paul van Nevel.

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