Me huyes y me dejas

Mi lasci, Handel

¡Feliz lunes! Ya podemos decir que vuelve la normalidad de una semana tras otra sin fiestas después de la Navidad. Para empezarla y para ayudar a la reincorporación a ese ritmo que a veces se puede hacer algo monótono, vamos a acudir a la música de uno de los grandes nombres del barroco, para continuar con la estela que nos dejó ayer Bach.

G. F. Handel

Se trata de George Frideric Handel (1685-1759), compositor británico de nacimiento alemán en Halle. Se cuenta (aunque no se sabe con certeza si fue así o no) que Bach dijo: «Handel es la única persona a quien desearía ver antes de morirme y la única persona que me habría gustado ser si no hubiese sido Bach». Palabras impresionantes si es verdad que fueron dicha por el alemán. La cuestión está en que Mozart, cuando escuchó eso de Bach, dijo: «Realmente diría lo mismo si hubiese tenido que expresarlo con una palabra». Handel es la elegancia componiendo, y parece ser que incluso tocando el teclado, a propósito de lo cual Isaac Newton resaltó la elasticidad de sus manos. Modestamente, creo que los epítetos se acaban cuando empezamos a hablar de Handel.

Una de sus grandes óperas es Il pastor fido, HWV 8, estrenada en Londres en 1712 y con libreto de Giacomo Rossi. En la Arcadia cada año se debe sacrificar una virgen, algo que puede evitarse gracias al matrimonio de Amarilli y Silvio, de ascendencia divina, siendo él el llamado pastor fiel. Dorinda está enamorada de Silvio y, en el primer acto, cantata la impresionante sarabanda titulada Mi lasci, mi fuggi. Es una perfecta muestra de cómo Handel era capaz de construir una melodía llena de dramatismo, que nos llega al corazón. La voz nos desgarra mientras está arropada por el continuo y que se redondea con un emocionante da capo.

La partitura de la composición se puede descargar aquí (página 38 del pdf).

La interpretación es de Madeleine Shaw (alto) y La Nuova Musica dirigida por David Bates.

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