Una imponente sonata

Sonata para piano n.º 2, Brahms

¡Feliz martes! Vamos hoy con una gran obra compuesta para ese instrumento que tanta literatura musical ha dado a las distintas generaciones. Además, el maestro de hoy es uno de esos grandes nombres que todos tenemos en la mente.

Johannes Brahms

Hablo de Johannes Brahms (1833-1897), compositor alemán nacido en Hamburgo. Era un compositor extraordinariamente perfeccionista con sus obras, que retocaba y retocaba una y otra vez. Hay quien lo ha calificado como «el perfeccionista entre los perfeccionistas». Por ejemplo, con su primera sinfonía estuvo envuelto unos quince años (y, tras ser publicada, destruyó su movimiento lento para componer otro nuevo en su lugar) y con su Réquiem Alemán unos doce. Con respecto a esa sinfonía, el peso de la tradición de Beethoven también lo presionaba tanto que no daba el paso a publicar ninguna. Una vez él mismo afirmó que había descartado veinte cuartetos de cuerdas antes de publicar sus dos primeros.

Vamos a disfrutar de su Sonata para piano n.º 2 en fa sostenido menor, op. 2. Fue compuesta en 1852 y publicada al año siguiente y está dedicada a Clara Schumann; es la primera sonata para el instrumento completada por el hamburgués. En el primer movimiento, se produce una intrincada relación entre los temas y sus desarrollos gracias a una cuidadosa elección de la armonía. El movimiento lento son unas variaciones sobre Mir ist leide, una canción popular alemana y es uno de los primeros ejemplos del maestro en el arte de la variación. El scherzo tiene compás de 6/8 y el trío contrasta gracias al cambio de tonalidad. El final empieza con una parte lenta y luego llega una parte a modo de fantasía escrita en forma sonata.

La partitura de la obra puede descargarse aquí.

La interpretación es de Vitaly Starikov al piano.

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