Tres interludios

Tres interludios, Casablancas

¡Feliz lunes! Que nos queda todavía mucha música por descubrir es algo obvio; también música española. El maestro de hoy creo que nunca lo había traído por aquí, por lo que nos dará la oportunidad de conocer a a un compositor que felizmente compone actualmente, para nuestra alegría. Además, hoy lo escucharemos acercándose a un género musical algo más residual pero no menos importante.

Benet Casablancas

Hoy nos visita Benet Clasablancas (1956), compositor español nacido en la localidad catalana de Sabadell. Estudió en Barcelona y Viena y se doctoró en musicología por su universidad y desde temprano le encantó compaginar la docencia con la investigación, así como la composición. Desde 2002 asumió la dirección del conservatorio del Liceu de Barcelona. Sus obras son un prodigio de equilibrio ya que mezcla perfectamente la forma con la expresividad, con un lenguaje armónico nada complicado y un timbre creado gracias a un manejo magistral de la orquestación. Numerosos conjuntos internacionales de prestigio le han encargado obras brillando, por tanto, como maestro internacional. La Generalitat le concedió el Premio de Música en 2007, el galardón más alto que concede la comunidad y, en 2013, el Ministerio de Educación le galardonó con el Premio Nacional de Música.

Escucharemos hoy sus Tres interludios para orquesta, composición de 2011 encargo de la Orquesta Sinfónica del Vallès y dedicada a Rubén Gimeno. En la composición se mezcla el dramatismo con el misterio, todo con un ambiente general lleno de encanto. El primero lleva la indicación de Pastorale (Tranquilo) y está lleno de sonidos delicados. El segundo es el Scherzo (con moto) y contrasta con el anterior porque está lleno de fuerza y energía. Termina con Memento e Corale (lentissimo, amplio e tenuto), cuya indicación lo dice todo porque en esta parte encontramos nobleza y un misterio muy especial. Casablancas hace un uso muy especial de los timbres, siendo la instrumentación un elemento muy importante de la obra, llena de colores y de matices.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigida por Dima Slobodeniouk.

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