Una lágrima

Une larme, Rossini

¡Feliz miércoles! Cuando los compositores se ponen tiernos y nostálgicos son capaces de llevarnos hasta la lágrima, que es lo que va a pasar hoy con una obra que hasta se titula así. Tiene una pequeña historia a su alrededor y eso aún hará que nos encante más. De nuevo tendremos hoy a otro gran maestro que lo demuestra en miniaturas.

Gioacchino Rossini

Hoy estará con nosotros Gioacchino Rossini (1792-1868), compositor italiano nacido en Pésaro. Puede afirmarse sin problema que Rossini pudo vivir durante toda su vida de sus óperas puesto que lo hicieron famoso desde el principio. Durante toda su vida le gustó ser mentor de muchos compositores jóvenes. Entre ellos estaba Giuseppe Verdi, quien admiraba profundamente al de Pésaro. Es famoso por su gusto a la hora de comer. Sus biógrafos cuentan que, en su niñez, actuó a veces como monaguillo, lo que le permitía beber el vino de la consagración. Ya en París, se hizo amigo de varios cocineros, quienes le dedicaron diversos y suculentos platos. Los datos curiosos no dejaron de acompañarlo desde su nacimiento puesto que lo hizo en año bisiesto. Por tanto, cuando murió acaba de cumplir sus diecinueve años «reales».

Disfrutemos de su obra titulada Une larme. Se trata de una serie de variaciones para chelo y piano. Es probable que fuesen compuestas para Gaetano Braga. El tema es algo lloroso, lleno de melancolía, con una atmósfera llena de emoción contenida. En las primeras variaciones aparecen las figuraciones rítmicas que recuerdan a la obertura de Guillermo Tell y siguen los momentos operísticos puesto que el chelo canta en forma de recitativo. El tema inicial luego adquiere la forma de aria que da lugar a un brillante fragmento que pone fin a una emocionada composición de fuertes tintes operísticos.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Roel Dieltiens (chelo) y el Emsemble Explorations.

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