No llores más

Hemmt eure, Burhns

¡Feliz viernes! Qué bueno sería si la música de hoy nos permitiese afirmar eso sin género de dudas, ¿verdad? Son tantas las lágrimas que hemos vertido (y las que saldrán de nuestros ojos) que la cosa va a ser difícil pero, por lo menos, la música sí sirve de consuelo. En cualquier caso, las lágrimas de hoy se refieren al llanto de las santas mujeres al acudir a la tumba de Jesús y encontrársela vacía.

Nicolaus Burhns

La obra de hoy es de Nicolaus Bruhns (1665-1697), compositor alemán nacido en Schwabstedt. Se conserva muy poco de él pero logró ser un referente en la música del norte de Alemania. Cuando su padre vio su talento lo trasladó a Lübeck y allí fue el primer discípulo de Buxtehude quien también le animó a seguir componiendo. Trabajó el Copenhague y allí pudo conocer a músicos italianos. En 1689 era organista de Husum y los responsables de la ciudad dijeron que «nunca antes la ciudad había escuchado a nadie como él tanto en la composición como en la interpretación de todos los instrumentos». Las autoridades de Kiel quisieron llevárselo pero en Husum le subieron el sueldo. Era capaz de tocar dos o tres voces con el violín a la vez que el bajo lo interpretaba con los pedales del órgano.

Vamos a disfrutar de su cantata Hemmt eure Tränenflut. Está compuesta con el texto de un poema en estilo madrigalístico. Se trata de una meditación sobre la visita de las santas mujeres a la tumba de Jesús. En tiempos de Bruhns todo esto era una novedad y este nuevo tipo de cantata fue todo un avance. Aparece un motivo recurrente en el bajo que se va repitiendo. Simboliza esa piedra del sepulcro y el peso del pecado del que la resurrección de Jesús nos libró. Sin embargo, tiene un significado doble porque también puede ser la campana que anuncia la victoria del Señor sobre los muertos, que llega a sonar hasta en veintidós veces. Todo un simbolismo del que el joven Bach aprendió y que luego asumiría en sus obras.

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí.

La interpretación es del Collegium Vocale de Salzburgo y La Divina Armonía dirigida por Lorenzo Ghielmi.

Volver arriba