La luz de la Trinidad

O lux beata, Guerrero

¡Feliz miércoles! Puede decirse que la polifonía española tiene tres nombres insignes: Tomás Luis de Victoria, Cristóbal de Morales y el compositor que vamos a escuchar hoy. Fue alumno de este último pero pronto sus composiciones casi igualaron a las de su maestro.

Francisco Guerrero

Claramente, es Francisco Guerrero (1528-1599), compositor español nacido en Sevilla. Llevó una vida llena de peripecias. Se formó levemente con su hermano Pedro pero adquirió su formación de forma prácticamente autodidacta. Fue contratado como cantor en el coro de la catedral de Sevilla y unos años más tarde fue adoptado musicalmente hablando por Cristóbal de Morales para instruirlo. De hecho, por recomendación de Morales Guerrero consiguió un puesto en la catedral de Jaén con solamente diecisiete años. Sin embargo, él tenía sus miras puesta en la hispalense y consiguió ser nombrado asistente de Pedro Fernández de Castilleja. Finalmente, en 1574, logró alcanzar el ansiado puesto de maestro de la metropolitana.

Disfrutemos de su motete O lux beata Trinitas. Es obra muy breve compuesta a cuatro voces y que fue publicada en su Liber vesperarum de 1584. Lo que escuchamos son tres versos de un himno para el domingo de la Santísima Trinidad. Los dos extremos, primero y tercero, están cantados en canto llano, mientras que el segundo es cantado en una bella polifonía, con dicho canto parafraseado en la voz superior. Es decir, Guerrero lo modifica un poco para adaptarlo a la polifonía que hay bajo él y que es una pura alabanza a la Trinidad.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es del Coro del Trinity College de Melbourne.

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