¡Feliz sábado! Puede resultarte extraño este título para una composición dedicada a la Virgen, que son las que suenan aquí cada sábado. Pero eso es cosa del texto litúrgico que usa, propio de las misas motivas de la Virgen. La música será de una calidad suprema, algo en lo que estarás de acuerdo conmigo nada más veas quién la compuso. Una vez más, vamos a disfrutar de un ratito de intensa polifonía, de arte más elevado.

Grande entre los grandes es Josquin Desprez (c. 1450/55-1521), maestro franco-flamenco nacido en el condado de Henao. Su nombre también lo podemos encontrar como Josquin Lebloitte, Iosquinus Pratensis o Iodocus a Prato. Le encantaba jugar con los acrósticos y otras cosas. De hecho, el motete Illibata Dei virgo nutrix es un acróstico de su nombre. Cuando estaba en su lecho de muerte quiso controlar su legado de alguna forma. Pidió que fuese listado entre los extranjeros para que sus bienes no pasasen a los señores una vez hubiese muerte. Además, sabía que era tan apreciado que dijó dicho que, cuando hubiese muerto y se organizasen procesiones, al pasar frente a su casa se parasen en un altar dedicado a la Virgen y se cantase su propio Pater noster, que podría ser su última obra compuesta.

Otro gran motete es Vultum tuum deprecabuntur. Es al introito propio de las misas votivas de la Virgen. El texto está tomado del salmo 45 y se refiere a la princesa vestida de oro conducida ante el rey y sucedida por otras vírgenes. Está muy próximo a los modelos establecidos, por lo que puede ser una obra de juventud. En realidad, esta obra podría ser interpretada en lugar del introito, de ahí que aparezca como loco Introitus, una práctica muy común en Milán. En cualquier caso, la obra nos ha llegado en forma incompleta y ha tenido que ser reconstruida o, por lo menos, necesita establecerse cierto orden en sus partes. Una auténtica maravilla para este sábado veraniego.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de De Labyrintho dirigido por Walter Testolin.