La melodia se repite

Rodeau, Francoeur

¡Feliz miércoles! Esa música en la que la melodía se va repitiendo tiene un nombre especial que se ha usado (y se usa) durante mucho tiempo. Hoy vamos a escuchar una música encantadora procedente de un compositor de esos de segunda línea pero que merecen la pena.

François Francoeur

Ese maestro de François Francoeur (1698-1787), compositor francés nacido y fallecido en París. Provenía de una familia de violinistas muy importante del siglo XVIII. Con quince años llegó a ser violinista de la orquesta de la Ópera de París y luego en la orquesta de cámara del rey. En 1720 se le concedió el privilegio real de publicar su primer libro de sonatas para el instrumento, y para promocionarlas pudo visitar Viena y Praga. En 1727 sucedió a Jean-François de la Porte como compositor de cámara del rey y en 1730 se unión al prestigioso conjunto que era el de los veinticuatro violines del rey, del que ya formaban parte su padre y su hermano. Sin embargo, poco a poco se fue retirando de todo para dedicarse a su gran pasión: la ópera, a la que se enfrentó con su colega Jean-Féry Rebel.

Una de esas obras para violín es la Sonata en trío en mi mayor, op. 1 n.º 12, compuesta para violín, chelo y bajo continuo. De ella vamos a escuchar su último movimiento, el Rondeau. Se caracteriza, como todos los de su género, en una melodía que va a apareciendo de vez en cuando tras diversos episodios. En este caso, la melodía es expuesta por el violín pero luego la retoma el chelo en fragmento más amplio. Finalmente los dos instrumentos, para que se note que es una sonata en trío (el continuo está siempre ahí en el bajo) se unen para redondear una composición en un bello estilo galante, sin demasiadas complicaciones pero con un encanto muy especial.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí (página 7 del pdf).

La versión es del Trio Speranza.

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