¡Feliz viernes! Para muchos puede ser el mejor compositor que han dado todos los tiempos (con el permiso de Bach). El maestro de hoy compuso una gran cantidad de música a pesar de que murió muy joven. ¿Qué nos habría regalado de haber vivido más tiempo?

Hablo de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), compositor austríaco nacido en Salzburgo. Se dice que tenía un oído absoluto y una memoria eidética. Es decir, podía recordar sonidos, detalles u objetos en sus detalles más insignificantes (para nosotros y no para él). También era capaz de descifrar y tocar música antes de escribir, leer o contar. Con seis años su padre le organizó una gira europea para que tocase sus propias obras. Estuvo en Múnich, Viena, Frnakfurt, Bruselas, París, Versalles, Londres, La Haya, Ámsterdam, Dijon, Lyon, Ginebra, Lausana, etc. En cada lugar en el que tocaba todos quedaban asombrados y el pequeño Mozart tuvo oportunidad de tener varios encuentros, como el de que tuvo con Johann Christian Bach, quien le dio diversas pistas sobre cómo componer una sinfonía.

Escucharemos su motete Inter natos mulierum, K. 72. Este ofertorio fue compuesto en el verano de 1771 y es el coro el que aporta casi toda la expresividad a la pieza. Contrasta de una forma especial con el bello brillo orquestal. Un motivo descendente de quintas es usado de una forma muy intensa en la orquesta y se convierte casi en algo recurrente. El texto y la composición están destinados a las segundas vísperas de la natividad de san Juan Bautista.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de la Orquesta de la Radio de Berlín y el Coro de Cámara de la RIAS dirigidos por Marcus Creed.