¡Feliz martes! Cuando se navega en condiciones rompiendo las olas parece como si fuésemos dueños del mundo. Más o menos esto es lo que nos narra la poderosa y a la vez delicada música de la compositora de hoy, que creo que debuta por aquí.

Se trata de Helena Munktell (1852-1919), compositora sueca nacida en Grycksbo. Su padre era un músico aficionado que triunfó también en varios negocios industriales. Su madre se encargaba de gestionar diversos salones de Estocolmo, por lo que a su hija le dieron una buena formación. Estudió piano con Fexer y composición con Normal, Lindegren y Dente. A finales de la década de 1870 se marchó a estudiar a París y lo hizo con Benjamin Godard. En torno a 1890 se encontró con d'indy y con él continuó estudiando y algunos años más tarde fue admitida en la Real Academia Sueca de Música. Supo elaborarse una gran carrera como compositora, con un estilo muy personal. Escribió una gran cantidad de canciones y de obras orquestales, que tuvieron éxito en Europa.

Vamos a escuchar su poema sinfónico Bränningar, op. 19, que llegó a interpretarse en Montecarlo. Parece ser que en los alrededores de 1890 visitó la Riviera y ello le sirvió de inspiración. Nos narra una visión del mar sueco. Se basa en dos motivos breves. El primero es cromático con un tritono descendente. El segundo es una melodía en modo menor. Con estos sencillos medios la compositora compone una imponente obra dramática, con un fuerte color orquestal, que siempre va cambiando. Su habilidad para orquestar también es bastante llamativa.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de Gevalia dirigida por Tobias Ringborg.