De los olivos al calvario

¡Feliz Martes Santo! Siempre resulta muy agradable traer a nuevos maestros por aquí porque siempre tenemos que estar ampliando nuestro conocimiento de la música. A veces nos pasaríamos horas y horas escuchando nuestras obras favoritas pero tampoco se trata de eso. Por ello, siempre que aparece por aquí alguien nuevo estamos de enhorabuena. La música que te tengo preparado para este día de Semana Santa es de gran calidad, por lo que prepárate para disfrutar de lo lindo.

Fue compuesta por John Henry Maunder (1858-1920), compositor británico nacido en Londres. Estudió en la Royal Academy of Music de Londres y poco a poco fue forjándose una carrera como organista, en diversos templos de Londres y alrededores. En el Royal Albert Hall también acompañó diversos conciertos. Es un compositor que ha pasado muy desapercibido porque no proviene de la gran tradición inglesa de músicos catedralicios. Su estilo está enraizado en la época victoriana, con un lenguaje que fue superado por Stanford, Parry y otros. En su mismo país natal su música ha caído en el olvido porque se considera pasada de moda aunque poco a poco se va recuperando de ese implacable olvido. Su producción no solo se limita a obras religiosas sino también a otras de género más ligero, como algunas operetas. Los argumentos suelen ser victorianos también pero muestran interés por algunos temas candentes (para la época) como la emancipación de la mujer y otros. Su obra está llena de gran sabiduría musical y de una técnica muy consolidada.

Esto vamos a comprobarlo con la que es su obra más famosa: el oratorio Olivet to Calvary, concretamente el movimiento titulado «El rey salvador va hacia la muerte». Es una obra llena de sinceridad y de religiosidad. No requiere demasiados medios: órgano, coro y solistas, por lo que puede ser interpretada en multitud de ocasiones. En este movimiento, Maunder nos describe cómo Cristo marchó al calvario para redimirnos y salvarnos con su muerte. Su angustia estuvo al servicio de nuestra salvación, hecha gracias a su generosidad. El lenguaje es sencillo, con una polifonía que a menudo se reduce a homofonía, pero que aún así mantiene la belleza.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de The Wykeham Singers.

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