Como el oro deslucido

¡Feliz martes! La música dedicada a la Semana Santa siempre está llena de un colorido especial, que se va oscurenciendo conforme avanzan los días antes de la resurrección. De ahí que en ella se usen metáforas como la del oro deslucido a lo que se parece todo tras la muerte de Cristo.

La música de hoy es de Claudin de Sermisy (h. 1490-1562), compositor francés del que no se conoce su lugar de nacimiento. Fue un especialista en la llamada chanson francesa, pero también su música religiosa es muy relevante. Debió ser un maestro muy apreciado puesto que durante su vida aparecieron una gran cantidad de transcripciones instrumentales de sus composiciones, así como muchas contrafacta. La primera referencia a él data de 1508, cuando aparece en una lista de clérigos de la Santa Capilla de París, y parece ser que era cantor de la capilla privada del rey. Tras un breve paréntesis fuera de la capital regresó a ella para ocupar el puesto de vicemaestro de capilla de la capilla real, ejerciendo las funciones de maestro. Su polifonía sacra hace uso de técnicas de la generación de Josquin y también de las más contemporáneas.
Escuchemos un fragmento de su Segunda lección de tinieblas para el Sábado Santo, que empieza con las palabras Sed et lamiae. Justo aquí Sermiy nos ofrece esa panoplia de características de su música religiosa. En este caso, usa una polifonía especialmente sobria, como es propio de ese día de la Semana Santa y florece de forma contenida, pero destacable, en las letras hebreas que también se cantan.
La interpretación es del Ensenble Clément Janequin dirigido por Dominique Visse. Hay que hacer clic en «Ver en YouTube» para ver el vídeo.