El padre que gritaba

Tan gran poder há a Virgen aos da térra guardar es el título de la cantiga n.º 337. Fue incluida por Alfonso X el Sabio en las Cantigas de Santa María.

El epígrafe introductorio de la composición es: Como Santa María guardou un fillo dun hóme bõo que non morresse quando caeu o cavalo sobr' el. Un hombre quería peregrinar y fue allí mediante una visión. Al despertar se obsesionó tanto que casi se arrancaba las ropas. Su hijo, a quien amaba con locura, recibió un caballo. El chico se cayó del caballo y el padre rogó a la Virgen que lo salvase porque creía que moriría. La fue apabullada con los gritos del padre que terminó rescatando al niño.

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La interpretación es de Eduardo Paniagua.

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