¡Feliz viernes! Jesús fue inmolado, es decir, sacrificado en la cruz para que nosotros viviéramos una vida plena (cosa que, mucho me temo, no hacemos). Con su resurrección nos ha dado la vida eterna y eso en el tiempo de Pascua lo recordamos cada año de una forma especial... Pero se nos termina olvidando.

Disfrutemos de la música de Jacobus Clemens non Papa (c. 1510-15, 1555/6), compositor neerlandés del que no se conoce su lugar de nacimiento. Un epigrama dice que Belgica terra era su lugar de procedencia aunque otro teórico alude a él como Batavus. Quien primero lo mencionó fue Pierre Attaingnant diciendo que había publicado angunas canciones en París y, en 1542, es cuando por primera vez aparece el sobrenombre de non Papa, momento en el que se le atribuyó la canción Je prens en gre. En 1545 estableció un negocio en Amberes en asociación con Susato, quien fue uno de sus editores más destacados. Es posible que llegase a ser nombrado maestro de capilla de Philippe de Croy, duque de Aerschot, uno de los generales más importantes del emperador Carlos V.

Disfrutemos de su motete Pascha nostrum. Se trata de una composición a cinco voces (con dos tenores). El texto es el de la conocida secuencia pascual y non Papa lo presenta en forma de responsorio pero de forma que cada sección termina de forma idéntica. El aleluya final es repetido varias veces como es habitual en este tipo de obra que más bien parece orientada a un uso paralitúrgico en vez de estar inmersa dentro de la celebración pascual. Clemens non Papa nos demuestra una vez más cuál era su grado de maestría a la hora de componer no solamente en grandes composiciones sino en pequeños bombones como este que disfrutamos hoy.

La interpretación es de The Brabant Ensemble.