Desde lo más profundo te llamo a ti

De profundis, Lully

¡Feliz viernes! Para terminar la semana y aproximarnos a su fin vamos a disfrutar de un bello motete de uno de los compositores barrocos más prominentes, aparte de los tres ya conocidos: Bach, Handel y Vivaldi. No solo era importante sino que lo dominó todo en su país porque se apropió de la música casi de forma exclusiva.

Jean-Baptiste Lully

Se trata de Jean-Baptiste Lully (1632-1687), compositor francés de nacimiento italiano en Florencia; su nombre original era Giovanni Battista Lulli. Este creador de la tragedia lírica y gran iniciador de la ópera en Francia tuvo una muerte trágica. El rey Luis XIV había sufrido una penosa operación de una fístula de la que consiguió recuperarse de forma adecuada. Para darle gracias a Dios, Lully intepretó su Te Deum. Era costumbre dirigir las obras con un largo bastón para marcar el compás. Lully estaba dirigiendo de una forma tan vehemente que se dio un fuerte golpe en el pie, haciéndose una apartosa herida; esta dio lugar a la gangrena. La idea de Lully era dedicarse a la danza por lo que no quiso que se le amputase el pie y terminó muriendo. Dejó viuda y seis hijos y una herencia de más de seiscientas mil libras, un patrimonio nada desdeñable.

Uno de sus grandes motetes es su De Profundis, LWV 62. Fue compuesto en 1683 para los funerales de la reina María Teresa, esposa precisamente de Luis XIV de ese mismo año que tuvieron lugar el la basílica de San Dionisio de París. Se trata del sexto de los siete salmos penitenciales y al que Lully puso música de una forma impresionante. La obra (de media hora) se interpretaba en el momento de la aspersión del féretro con agua bendita. Según las crónicas de la época, al final de la ceremonia, un heraldo decía dos veces: «María Teresa, infanta de España, esposa de Luis el grande, ha muerto. ¡Roguemos a Dios por su alma! Antes se había cantado el De Profundis, con acompañamiento musical de M. de Lully. Tenían sonidos tan emocionantes que nada mejor podía prolongar la pena causada por la pérdida de tan gran princesa».

La partitura (original de la publicación de Philidor) puede descargarse aquí.

La interpretación es de Judith Van Wanroij y Amélie Renglet (dessus), Mathias Vidal (hautecontre), Thibaut Lenaerts (taille) y Thomas Dolié (bass-taille), la Cappella Mediterranea, el conjunto Millenium y el Choeur de Chambre de Namur dirigidos por Leonardo García Alarcón.

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