Dos rapsodias

Dos rapsodias, Brahms

¡Feliz jueves! La música para piano siempre tiene un encanto especial y, cuando surge del talento de un gran maestro como el de hoy, la cosa se multiplica hasta casi el infinito. Las composiciones de hoy son de esas de las que están en el repertorio de los grandes intérpretes y requieren de una especial habilidad a la hora de ejecutarse.

Johannes Brahms

Hoy disfrutaremos de la música de Johannes Brahms (1833-1897), compositor alemán nacido en Hamburgo. Siendo joven se vio en la necesidad de tocar el piano en casi todo tipo de salas ya que había una urgente necesidad de ayudar a su familia económicamente. Se cuenta que una vez fue a Weimar y allí tuvo oportunidad de escuchar al mismísimo Franz Liszt tocar su propia sonata para piano. Sin embargo, el hamburgués se quedó dormido durante la interpretación. Puso como excusa que estaba cansado del viaje pero, quién sabe, seguro que la pieza de Liszt tampoco le entusiasmaba. En 1864 conoció en Viena a Wagner pero no hubo química entre ellos desde el principio. De hecho, el operista incluso llegó a atacarlo en la prensa.

Disfrutemos de sus Dos rapsodias, op. 79. Son piezas en las que podemos apreciar a un Brahms maduro y datan de 1879. La primera de la dos, en si menor, tiene forma de scherzo y, de hecho, nos recuerda bastante a Chopin. Empieza de una forma emotiva y está plagada de una magistral sutileza a la hora de tratar la armonía. La segunda de ella está escrita en la tonalidad de sol menor y, sin duda, es una de las obras para piano más populares del compositor. Su estilo es oscuro, sereno pero dramático a la vez. Tiene forma de sonata y aquí Brahms juega con la ambigüedad armónica, y nos regala una cascada de acordes de lo más bello. Una obra en la que apreciamos todo el carácter trágico que luego Brahms describiría magistralmente en otras obras como sus sinfonías.

La partitura de las obras puede descargarse aquí.

La interpretación es de Radu Lupu al piano.

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