Ese es al argumento de la cantiga n.º 404 que vamos a escuchar hoy. Como todas las demás, está en la colección de Cantigas de Santa María elaborada en la corte del rey Alfonso X el Sabio.
Su título es: Non é sen guisa d' enfermos sãar y el epígrafe que sirve de introducción dice así: Esta septüagésima sésta é como Santa María guareceu con séu leite o crérigo de grand' enfermidade, porque a loava.
Veamos qué nos cuenta. Había un guapo sacerdote de buena familia, que cantaba y recitaba muy bien. Sin embargo, el demonio se fijó en él y empezó a martirizarlo. El sacerdote era devoto de la Virgen, a quien siempre estaba rezando. Cayó enfermo y empezó a delirar como un loco, deformándosele incluso el rostro. Se le apareció un ángel en sueños y le dijo que recordase siempre su amor por María, quien vino y cubrió el pecho y el rostro con su leche haciendo que el sacerdote se curase al instante.
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La interpretación es de Eduardo Paniagua.