Eres santa, Virgen María

Beata es, Maria, Nivers

¡Feliz sábado! Musicalmente eso le decimos a la Virgen cada sábado y hoy no va a ser menos y se lo vamos a regalar una vez más. Hay compositores que fueron toda una institución en su tiempo pero que este no ha sido justo con ellos. El de hoy es un buen ejemplo y paliaremos esto disfrutando de una muestra de su música.

St. Sulpice, París

Hoy nos visita Guillaume-Gabriel Nivers (c. 1632-1714), compositor francés nacido en París. No se conoce nada sobre su formación musical aunque es bastante posible que hubiese estudiado en la Universidad de París. A comienzos de la década de 1650 fue nombrado organista de St Sulpice, puesto que mantuvo hasta su muerte; también fue uno de los cuatro organistas de la capilla real y sucesor de Henri Du Mont como maestro de música de la reina. Publicó tres Livres d'orgue en los que estableció los fundamentos de la escuela francesa de órgano que llegaría a su cúspide en lo que quedaba de siglo XVII y en el XVIII. Estos eran básicamente tres: la relación con la liturgia católica, la introducción de corrientes propias de la música secular y el uso del órgano clásico francés.

Escuchemos su Beata es Maria. Se trata de un motete publicado en 1689. Es una obra que invita mucho a la meditación, especialmente en los pasajes en los que el coro canta a capela (en realidad, al unísono), cantando el estribillo de Beata es Maria. La voz sola de soprano suena con esa alegría típica de un canto que nos recuerda al tiempo pascual, también gracias a los ornamentos de dicha línea solista. Se produce así un bello diálogo entre la voz solista y el coro, que se responden y contribuyen a una mayor meditación del texto. Ese tono alegre se suspende un poco al final cuando se alude a la pasión de Cristo. Seguramente sería una obra destinada a su uso litúrgico, cantada de la misma forma por el coro de monjas.

La interpretación es de Les Demoiselles de Saint-Cyr dirigidos por Emmanuel Mandrin.

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