¡Feliz martes! La música de larga duración que vamos a escuchar hoy procede de un maestro del que lo mismo ni esperamos que llegara a componer una sinfonía. Seguramente hay quien ni siquiera lo relaciona con la llamada música clásica.

Hablo de Mikis Theodorakis (1925-2021), compositor griego nacido en Quíos. Es uno de los grandes abogados de la música popular griega y prácticamente solo conocido por la banda sonora de la película Zorba el griego (con su famoso sirtaki final). A muy temprana edad empezó escibiendo canciones, formó su propio coro y dio su primer concierto justo antes de la mayoría de edad. Estudió en el conservatorio de Atenas y luego en el de París con Olivier Messiaen. Compuso varias sinfonías, pero finalmente se dedicó al folklore griego en el que estaba inmerso vitalmente. Se opuso a los abusos del régimen griego y fue arrestado y desplazado a un campo de concentración para luego exiliarse. Aun así, no dejó de llevar la música griega por cada rincón de donde pasaba. De vuelta a Grecia, llegó a dirigir la orquesta y el coro de la radio y televisión helenas.

Vamos a escuchar su Sinfonía n.º 3. Está basada en textos de Dionisios Solomós, y es una obra de una considerable proporción, con intervención coral. Las voces inicial el primer movimiento de forma muy controlada, aunque luego la música va adquiriendo sonoridad con la percusión y con un amplio sentido de lo espiritual. El clímax de este movimiento recuerda a Stravinski. El segundo movimiento es más brusco y agresivo, con materiales rítmicos y melódicos repetidos, y una escritura general más angular. El tercer movimiento es pausado y con un amlpio pathos. Es la gran sección de cuerdas la que aporta la sonoridad y coro canta un himno patriótico letón. La obra termina también de forma impresionante, serena y con el coro susurrando y en sprechgesang.

La interpretación es del coro de la Radiodifusión de Berlín y la Orquesta de la Ópera Cómica de Berlín dirigida por Els Bolkestein.