La sinfonía más famosa

Sinfonía n.º 5, Beethoven

¡Feliz martes! Como te dije la semana pasada, dos veces al mes voy a traerte música de Beethoven. Este año se cumplen los 250 años de su nacimiento por lo que podemos calificar este 2020 como año Beethoven. Inexplicablemente la obra más famosa del maestro de Bonn no te la había presentado aquí, por lo menos eso creo. Para inaugurar digamos que este año voy a paliar esto inmediatamente y vamos a disfrutarla una vez más, y una vez más nos maravillaremos.

Ludwig van Beethoven

Primero, algo sobre Ludwig van Beethoven (1770-1827), maestro alemán nacido el Bonn. El apellido significa en flamenco algo así como «campo de remolacha» y, aunque pueda parecerte que «van» tiene origen nobiliario, en Flandes tenía un significado de procedencia. El pequeño Ludwig procedía de una familia en la que dos ancestros llevaban el mismo nombre, siendo el más destacable su abuelo. Fue bautizado en la iglesia de San Remigio de Bonn el 17 de diciembre. Parece que era tradicional que los recién nacidos fuesen bautizados al día siguiente por lo que es posible que naciese el 16. Su abuelo era maestro de capilla en Malinas por lo que la música la traía el pequeño de serie cuando nació. Una vida llena de problemas personales pero que no pudo ser más fructífera desde el punto de vista musical. Ya tendremos de ir tiempo de desgranar su vida poco a poco.

Inauguramos esta serie con la que es su obra más famosa: su Sinfonía n.º 5 en do menor, op. 67. Trabajó en ella durante cuatro años y la terminó en 1808. El público no la captó en su primer concierto y poco a poco fue asimilándola. El primer movimiento, allegro con brio, está escrito en forma sonata y se deriva prácticamente de forma completa del famoso motivo de cuatro notas, inmortal donde los haya. El segundo movimiento tiene una indicación de andante con moto. Está escrito en forma de variaciones con los chelos presentando el tema. El tercer movimiento es un scherzo, allegro. Tiene forma tripartita y comienza con un misterioso arpeggio que se entremezcla con el motivo inicial de la obra. Se conecta (en italiano attacca) con la explosión jubilosa del último movimiento, allegro. El do mayor termina triunfando sobre los motivos iniciales del destino que, como algún comentarista ha dicho, llama a la puerta. La obra está dedicada al príncipe J. F. M. Lobkowitz y al conde Rasumovsky.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de la Orquesta West-Eastern Divan dirigida por Daniel Barenboim.

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