Una sonata desconocida

Sonata op.1 n.º 8, Guillemain

¡Feliz miércoles! La música de hoy es desconocida por partida doble ya que tanto la pieza como el compositor lo son. Es una alegría que todos estos maestros se estén recuperando poco a poco y que estén conociendo unas interpretaciones extraordinarias. Ciertamente la música existe en la partitura pero también necesita que se le ponga sonido para que podamos disfrutarla y sea accesible a un gran grupo. Comprobemos todo esto hoy.

París

Te presento a Louis-Gabriel Guillemain (1705-1770), compositor francés nacido y fallecido en París. Empezó a estudiar pronto música y pudo hacerlo con Giovanni Battista Somis y Jean-Marie Leclair. Su grado de aprovechamiento le permitió viajar a Italia ya que era uno de los compositores mejor pagados, que hacía las delicias del rey y la reina. Aunque parece que no le gustaba interpretar ante grandes audiencias, el éxito lo tenía siempre asegurado. Su grado de virtuosismo al instrumento también era sumo y compuso casi todos los géneros musicales, especialmente obras para su instrumento favorito. Explotó de manera especial la forma sonata, dando muestra de una gran lucidez en este género. Sus temas principal y secundario contrastaban admirablemente y, aunque actualmente es un compositor desconocido, fue toda una figura destacable, que compuso una música de gran calidad.

Conozcamos a este maestro por medio de su Sonata para violín y continuo en do menor op. 1 n.º 8. Fue publicada en Dijon en 1734. Está dividida en tres movimientos. El primero, Vivace, está lleno de intensos silencios pero que poco a poco van desapareciendo para tomar la forma de toda una aria de bravura. El segundo, Gratioso, tiene un aire galante de lo más conseguido y en él contrasta una sección intermedia, marcada Altro, en do mayor, que pone un inesperado toque especial. Termina esta virtuosa pieza con un Allegro ma non presto. Guillemain hace un intenso uso de notas dobles, lo que hace que la pieza sea un continuo escollo para los violinistas. De este compositor dijo nada menos que Louis-Claude Daquin: «Cuando se habla de un hombre lleno de fuego, genio y vida, uno tiene que pensar en Monsieur Guillemain, Ordinarie de la Musique du Roi. Es quizá el más extraordinario y hábil violinista que se puede oír tocar. No ha dificultades que no pueda solventar y puede componer piezas que a veces llegan a avergonzar a sus rivales».

La partitura de la obra puedes descargarla aquí (página 48 del pdf).

La interpretación es de Alana Youssefian (violín) y Le Bien-Aimé.

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