Una tocata muy especial

Toccata-troncata, Gubaidúlina

¡Feliz jueves! La compositora de hoy, una asidua compañera, siempre nos sorprende con una música que es a la vez poderosa y sutil, siempre llena de contrastes y profunda. Su vida interior es muy rica y eso se aprecia en que lo plasma en sus composiciones.

Sofiya Gubaidúlina

Nos visita hoy Sofiya Gubaidúlina (1931), compositora rusa nacida en Chístopol. «Los artistas tienen esos estados de ánimo [si han acertado o no haciéndose compositores]. Mucha gente los tienen. No es algo característico de mí ni nunca lo ha sido. Creo que he estado escribiendo una y otra vez la misma canción desde mi tercer año de conservatorio. Tengo otra estructura: es importante para mí escuchar el sonido del mundo, el sonido de un árbol, el de las flores, mi propio sonido. Escuchar es un proceso eterno. Es importante para mí escuchar la profundidad de mi alma. Eso necesita contemplación». Se suele acordar mucho las palabras que Dmitri Shostakóvich le dijo en su momento: «Sé tú misma».

De Gubaidúlina vamos a escuchar su Toccata-troncata, composición para piano que data de 1971. La composición dura en torno a los tres minutos y es muy intensa. Quizá mira aquí más al barroco y construye una pieza libre y llena de contrastes en las que el propio ritmo es parte de su expresión. Juega con la dualidad en el mismo título: 'toccata' (tocar, encontrarse) frente a 'troncata' (romper, dividir). Hay pasajes que se rompen tras un silencio, que se calman tras una violenta expresión. De nuevo una frase de la propia compositora: «Siento que para mí la dualidad, el contraste, la conexión y la desconexión, los opuestos juegan una parte importante. Creo que esta dualidad subyace en el fondo de nuestra existencia, en las profundidades del mundo».

La interpretación es de Ellen Pavliska al piano.

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