Los que vais por la calle

O vos omnes, Gesualdo

¡Feliz Lunes Santo! Vamos ya a adentrarnos de pleno en los misterios de la Semana Santa. Unos misterios que en realidad pueden resumirse en que la Vida ha vencido a la muerte, a todas nuestras muertes. La música de hoy, para abrir boca, viene de la mano de uno de los maestros más sorprendentes del renacimiento, en todos los sentidos...

Carlo Gesualdo

Me refiero a Carlo Gesualdo (1566-1613), compositor italiano nacido en Gesualdo. Era príncipe de Venosa y conde de Conza. La biografía de Gesualdo está llena de adjetivos. Fue un asesino porque todo parece indicar que mató a su primera mujer, María d'Ávalos, tras sorprenderla en adulterio. Fue un obseso de la música porque durante su vida esta no solo fue su pasión sino su verdadera obsesión, de forma que incluso llegó a abandonar a su segunda mujer, Leonor de Este, para dedicarse a sus obras, sus músicas y sus músicos, a quienes contrataba para que tocasen para él y con él. Era un gran escrupuloso ya que los remordimientos por ese asesinato no le dejaron durante toda su vida. Parece ser que incluso se sometía a cruentas penitencias. ¡Ah! Y era católico, sobrino de san Carlos Borromeo, por quien sentía una (cómo no) obsesiva devoción.

Disfrutemos de su responsorio para el Sábado Santo O vos omnes, publicado en 1603. Está compuesto para cinco voces y fue vuelto a publicar en 1611 con ciertas modificaciones. El ambiente oscuro y nostálgico está presente en esta bella pieza, plagada de sutiles disonancias como es marca de la casa en la obra de Gesualdo. Estas obras para la Semana Santa se adaptan perfectamente al estilo de componer del italiano, siempre tan melancólica y sorprendente. Gesualdo moldea la armonía a su gusto y, en esta obra en concreto, el compositor pasa de la homofonía a una polifonía cada vez más cromática, algo que se pone especialmente de manifiesto en las palabras si est dolor sicut dolor meus, lleno de dolor y de color.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Siglo de Oro.

Volver arriba