Sed valientes

Estote fortes, Marenzio

¡Feliz jueves! Vamos a acercarnos al texto de ayer desde otro punto de vista. Es lo que tienen las obras litúrgicas: que los maestros tenían que acudir frecuentemente a ellas debido a sus puestos y a sus obligaciones. No se trata de comparar pero sí de ver cómo cada uno plantea la música desde un punto de vista distinto, ambos muy ricos.

Luca Marenzio

Nos visita hoy Luca Marenzio (¿1553?-1599), compositor italiano nacido en Coccaglio. Destacó tanto en la polifonía religiosa como en los madrigales profanos. Es posible que iniciase sus estudios en la catedral de Brescia y luego se marchó a Roma, pasando por Ferrara, Mantua y Florencia, llegando incluso a trabajar en Varsovia para el rey de Polonia. En su obra (principalmente en la profana pero también en la religiosa) aparecen plasmados magistralmente los distintos ambientes que el texto describe, algo en lo que Marenzio sobresalía. Supo adaptarse perfectamente a las normas marcadas por la Contrarreforma por lo que Marenzio es uno de los compositores más interesantes del Cinquecento italiano.

Disfrutemos de su motete Estote Fortes in Bello, propio de la fiesta de los santos y, como la pieza de Victoria de ayer, publicado en Roma en 1585. Lo que Marenzio pretende mostrar (y consigue dada su habilidad) y describir la fuerza moral de los apóstoles y su batalla continua contra el maligno. La recompensa de esa batalla no es más que la vida eterna, algo que pone de manifiesto en el alegre aleluya final. Esta composición (en realidad toda la colección) está dedicada a Scipiano Gonzaga, prelado de reconocida cultura literaria, amigo de Torquato Tasso y protector de diversos músicos romanos.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Progetto Musica dirigido por Giulio Monaco.

Volver arriba