A las víctimas del coronavirus

Elegía por las víctimas del coronavirus, Bustamante

¡Feliz lunes! Una semana más que empieza en la que vamos caminando, como corderos llevados al matadero, hacia la maldita nueva normalidad que ya es obvio que podrá ser nueva pero seguro que no será normal. Todo ha quedado tan arrasado que nos costará levantar la cabeza. Lo haremos pero veremos un mundo que ya no es el mismo de antes. Es lo que nos ha tocado y por lo que tenemos que luchar. No hay otra. No podemos venirnos abajo.

Miguel Bustamante

Creo que nunca había estado aquí Miguel Bustamante (1948), compositor español que nació en la localidad boliviana de Oruro. Su principal labor, por lo menos por lo amplia en el tiempo, ha sido ser asesor musical de Radio Clásica entre 1974 y 2007. Ello le llevó a estar presente en multitud de grabaciones y retransmisiones. Puesto que el sello RTVE tuvo su propio sello también ha colaborado en multitud de cedés. Su abuela le dio las primeras clases y en Madrid estudió con Manuel Carra y amplió sus estudios de piano con Paul Badura-Skoda y Federico Mompou. Su vida está dedicada a la música aunque no se dedicó a la composición hasta una época más tardía; en 1997 dio a conocer su primer obra. Se ha centrado principalmente en la música de cámara y la compuesta para instrumentos a solo, que han llegado a interpretarse en casi los cinco continentes.

Vamos a escuchar su Elegía por las víctimas del coronavirus, composición, obviamente, de 2020 para contrabajo solo; concretamente entre el 15 y el 18 de abril. Evidentemente, como todos, Bustamante estaba impactado por la devastación social y económica de la pandemia. Fueron tanto los que perdieron y pierden la vida que en su honor escribió esta pequeña obra. El contrabajo, con su increíble profundidad, es quien pone voz a esta música que parece sacada de nuestro interior; era el instrumento perfecto para expresar la mezcla de sentimientos de Bustamante. Es una elegía, sombría y llena de pena, que tiene momentos de rabia (en esos pizzicati centrales) y termina casi diluyéndose en el mar de esta desolación que todavía vivimos en nuestras carnes.

La interpretación es la del momento de su estreno, a cargo de Roberto Terrón al contrabajo.

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