El violín como protagonista

Caught in Treetops, Bray

¡Feliz jueves! La obra de hoy es muy posible que te resulte algo dura de escuchar pero recorrarla con tranquilidad es un viaje apasionante. La obra, de música contemporánea, ofrece toda una gama de sonidos que te cautivará aunque en una primera escucha puede ser que eche para atrás debido a su complejidad. No te dejes arredrar: merece la pena que la saborees y que te deje llevar por las notas que nos regala la compositora de hoy.

Creo que no es la primera vez que te ofrezco música de Charlotte Bray (1982), compositora británica nacida en Oxford. Ella reconoce que trabajar como compositora hoy día es algo que requiere una gran cantidad de tareas, desde administrar cuentas, hacer publicidad y llegar su página web personal, algo que comparte con otros artistas. Es de las que prefiere llevar a cabo los esbozos en papel de cada obra antes de acudir al ordenador para completarlas, porque se reconoce más segura cuando se sienta al teclado. Puesto que tiene un pequeño estudio en su casa puede componer con más libertad, algo que hace por las mañanas. Sin duda, la tarea de componer no es fácil en la actualidad (y con las penurias actuales mucho menos). Sin embargo, Bray se va consolidando poco a poco como una compositora destacable en el panorama actual, y no solo en el Reino Unido.

Charlotte Bray

Vamos a escuchar su obra titulada Caught in Treetops. Es una obra para violín y conjunto instrumental (formado por flauta, oboe, clarinete, trompa, trompeta, trombón, arpa, piano, viola, chelo y percusión) compuesta en 2010. Está inspirada en sendos poemas de Dante G. Rossetti y Federico García Lorca y se abre con una lírica cadenza que pronto explota en un impulso que ya el solista no abandona hasta el final de la obra. Bray dice que para todo esto se inspiró en un poema de Sonny Rollins, llena de la misma fuerza que ella le ha querido imprimir a esta composición. A pesar de todo este torbellino la composición está llena de momentos líricos y misteriosos, que se combinan perfectamente con el humor y los diversos guiños, todo sobre un asombroso tapiz plagado de sentimiento de pérdida.

La interpretación es de Wibert Aerts (violín) y el Notabu ensemble Neue Musik dirigido por Mark-Andreas Schlingensiepen.

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