Eso nos relata la cantiga n.º 138 que incluyó Alfonso X el Sabio en sus Cantigas de Santa María. Su título, que son sus primeras palabras en galaicoportugués, es Quen a Santa María de coraçôn.

La introducción de la cantiga es Como San Joán Boca-d' Ouro, porque loava a Santa María, tiraron-ll' os ollos e foi esterrado e deitado do patrïarcado; e depois fez-lle Santa María haver ollos, e cobrou per ela sa dinidade. San Juan Crisóstomo proclamó a la Virgen como Madre de Dios. Los infieles lo castigaron mandándolo al exilio y lo dejaron con lo mínimo. Se perdió por el camino al quedarse ciego y cayó en unas zarzas. Rogó a la Virgen que lo salvase, cosa que hizo primetiéndole que recobraría la vista. Juan le pidió a la Señora que le revelase qué era aquello que Cristo adoraba más. En una visión, apareció la Virgen acunando al Niño Jesús, que era lo que a él más le gustaba. El pico de oro terminó recobrando la vista.

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La interpretación es de Eduardo Paniagua.