Diego Rodríguez, de las Becas La Caixa a Stripe Redes que tejen talento

Diego Rodríguez
Diego Rodríguez

La Capilla Sixtina, la teoría de la relatividad o la lámpara de incandescencia no son solo grandes hitos históricos, sino que también traen a nuestra mente a las personas que las idearon. No hay duda de que Miguel Ángel, Albert Einstein o Thomas Edison eran personas con talento, pero ¿es esa la única razón de su gran legado? 

La Capilla Sixtina, la teoría de la relatividad o la lámpara de incandescencia no son solo grandes hitos históricos, sino que también traen a nuestra mente a las personas que las idearon. No hay duda de que Miguel Ángel, Albert Einstein o Thomas Edison eran personas con talento, pero ¿es esa la única razón de su gran legado? 

“Conozco a gente con un talento impresionante sin el interés de ser los mejores. Y conozco a aún más personas que tal vez no encajan con la idea clásica de talento, pero que se codean con los mejores del mundo”, dice Diego Rodríguez, ingeniero de software y el último fichaje de Stripe, donde iniciará sus prácticas en los próximos meses. Esta plataforma de pagos por internet, actualmente considerada como la start-up más valiosa de los Estados Unidos, es una de las empresas fintech más en auge. En el 2021, procesó 350.000 millones de transacciones económicas, en casi 50 países. 

En realidad, el gran secreto de Miguel Ángel, Einstein o Edison, como el de Diego o el de los hermanos Collison, fundadores de Stripe, es que fueron capaces de convertir su pasión en su mayor legado. Y lo hicieron dedicando tiempo y esfuerzo a mejorar sus habilidades, y también con la colaboración de otras personas, muchas de ellas seguramente no menos talentosas. 

Diego Rodríguez, ingeniero de software y último fichaje de Stripe, plataforma de pagos por internet.

“Hay dos factores importantes que te condicionan: tu lugar de nacimiento y tu entorno. Pero solo hasta cierto punto. La clave está en dedicarle mucho tiempo a lo que te apasiona y hacer todo lo posible para que el entorno se alinee con tus objetivos. En definitiva: ambición y empuje”, explica Diego. 

Unas habilidades que Diego admite haber aprendido de muchos de sus referentes, entre los que incluye a profesores como el Dr. Daniel Paredes, con el que colaboró durante su etapa en la Universidad Johns Hopkins con solamente 16 años. “Me hizo entender mi objetivo en la vida: construir algo significativo rodeado de gente que me haga reír mucho”, explica divertido. 

A esa corta edad, Diego ya despuntaba en el mundo académico, ya que desarrolló un algoritmo de procesamiento de datos a imágenes para la Escuela de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins. 

Este éxito temprano, dice, fue su primer encuentro con la programación y supuso un antes y un después para su carrera. “Implantó una idea sencilla, pero poderosa, en mi mente: tenía claro que debía ir a los Estados Unidos a aprender sobre tecnología”, explica. Un sueño que ahora cumple con el apoyo de una beca de la Fundación ”la Caixa”, con la que estudia un máster en la Universidad de Cornell sobre inteligencia artificial e informática, y sobre la psicología y ética que hay detrás de ambas.

“Es una gran oportunidad. Me gustaría emplear los recursos y las conexiones que genere para ayudar a comunidades que lo necesiten. Es una forma de saldar mi deuda con todos aquellos que creyeron en mí”, dice. 

Una filosofía que ya ha aplicado en varios proyectos en los que ha trabajado, como el desarrollo de la aplicación BridgeAid, que ayudó a los ciudadanos de Boston durante la pandemia de la COVID-19 y a las víctimas de la explosión en Beirut en el 2020. “Espero tener la posibilidad de participar de manera directa e indirecta en más proyectos así”.

Su talento, por lo menos durante un tiempo, atracará en unos meses en la meca de la tecnología, en Silicon Valley. “Estoy muy emocionado con la idea de trabajar en Stripe. Es una institución que ha cambiado radicalmente el panorama tecnológico en América y el mundo”. 

¿Lo veremos de regreso a España? “Quién sabe. Siempre he dicho que Barcelona podría ser el siguiente Silicon Valley si ciertos recursos e incentivos se alinean adecuadamente. Y a mí me encantaría fundar mi propia empresa”, se despide Diego.

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