Día Mundial de los Docentes La docencia que viene tras la pandemia

Día Mundial de los Docentes
Día Mundial de los Docentes

¿Recuerdas cuál fue el primer libro que leíste? ¿Y el momento triunfal en el que conseguiste hacer tu primera división con decimales? Todo lo que aprendimos en nuestra infancia va asociado a un nombre y una cara: la de los maestros que nos acompañaron en el vasto camino del aprendizaje

Y en un año como este 2020, las familias han podido comprobar la importancia del papel de los maestros y maestras de sus hijos, más allá de la transmisión de conocimiento, y han tenido que convertirse en parte activa de la educación en casa. Además, la pandemia ha destapado las desigualdades en el acceso a los recursos educativos, y que la Fundación ”la Caixa”, a través de EduCaixa y CaixaProinfancia, se ha esforzado en mitigar, aportando recursos materiales y educativos a alumnos y profesores

Así, hoy, Día Mundial de los Docentes 2020, hablamos con tres educadores para que nos cuenten cómo han sobrellevado las clases en tiempos de pandemia y los retos que se plantean en una era que algunos ya califican de cambio de paradigma.

Ser docente no es un juego de niños. No lo es para los que tratan con adolescentes a punto de entrar a la universidad, y tampoco para los educadores infantiles. Es el caso de Anna de Asís, que lidia con 19 criaturas de 3 años. “Estoy como maestra de apoyo, pero especialmente en este curso, con todos los protocolos sanitarios que debemos cumplir, no es fácil”. Anna tiró de creatividad e imaginación durante el confinamiento para seguir apoyando a sus pequeños. “Mandábamos todo lo que se nos ocurría que pudieran hacer en casa con sus padres: manualidades, dibujar, hacer puzles… El confinamiento nos pilló a todos por sorpresa, y nos las apañamos como pudimos. Ahora estamos más preparados. De hecho, estamos elaborando un montón de material en papel para que las familias de mis alumnos, que tienen 3 años, puedan realizar actividades desde casa, en caso de que nos tuviéramos que volver a confinar”.

Elisenda considera que “no todo el mundo está preparado para ser docente. No porque no pueda tener los conocimientos, sino porque necesitas una actitud concreta, unas ganas a las que recurrir cuando has de lidiar con situaciones complicadas. Estás trabajando con personas, adultos en potencia a los que estás ayudando a moldear su futuro. Y es un proceso delicado”.

Es precisamente el futuro lo que empujó a Anna a tomar el mismo camino que su madre, vocación mediante. “Soy docente porque quiero dejar mi huella en lo que pueda enseñar a mis niños, para que sean mejores personas en el futuro. Para que puedan construir un mundo mejor”.

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