El obispo del Alto Solimoes confiesa que "las muertes tan numerosas por la pandemia crearon un ambiente de terror" Adolfo Zon: "La economía actual no salva a nadie, ni a los propios economistas y, menos, a los pobres"

Adolfo Zon
Adolfo Zon

"El mundo se ha convertido e una aldea y, como discípulos y misioneros de Jesús, debemos humanizar la globalización junto a todos los hombres y mujeres que habitamos la Casa Común"

"El diálogo no permite neocolonialismos y menos colonialismo clerical"

"Esta convivencia me está ayudando a ser lo que soy, y ha contribuido, también, a enriquecer mi experiencia de fe, ayudándome a vivir una síntesis entre fe y vida"

"Las muertes tan numerosas por la pandemia crearon un ambiente de terror, pues los fallecidos no podían ser velados ni despedidos por sus familias"

"Aprovecho este espacio, para agradecer las ayudas que nos han llegado de España por parte de la Delegación de Misiones de la Diócesis de Orense y Manos Unidas que acaba de aprobar un Proyecto de Emergencia para 850 familias más necesitadas de las 8 parroquias que componen nuestra diócesis del Alto Solimões"

"Una economía basada en la actividad financiera y no en la producción, manipulada por la mano “invisible” de quien tiene la sartén por el mango… esa economía no salva a nadie ni a los propios economistas y menos a los pobres"

Dejó su bella aldea de Xeixalbo (Ourense), para encarnarse como misionero javeriano en la inmensidad de la Amazonía brasileña. A Adolfo Zon le costó poco aprender el idioma. Le costó un poco más asumir la mitra y convertirse, sin esperarlo, en obispo de Alto Salimoes allá por el 2014. La pandemia, que arrasó su zona, lo ha tenido recluido, pero no maniatado, para socorrer a los pobres en medio "del terror ocasionado por las numerosas muertes". Agradece las ayudas de diversas partes, entre ellas, su diócesis originaria de Ourense y, sobre todo, de Manos Unidas, y denuncia que "la economía actual no salva a nadie, ni a los propios economistas y, menos, a los pobres".

¿Siguen siendo necesarios los misioneros extranjeros o, como algunos sostienen, su presencia induce a un nuevo colonialismo clerical europeo?

Claro que son necesarios aquí y en todas partes, en Europa también. El mundo se ha convertido e una aldea y, como discípulos y misioneros de Jesús, debemos humanizar la globalización junto a todos los hombres y mujeres que habitamos la Casa Común. Es decir, como nos exhorta el Papa Francisco en la Encíclica “Fratelli tutti” globalizar la fraternidad, fraternidad que se construye con el diferente.

El peligro y la tentación de un nuevo colonialismo siempre existe, apesar de que, desde hace más de 100 años, Bendito XV y todos los papas posteriores nos han alertado sobre ese peligro. Sin embargo, la evangelización y el encuentro con los pueblos se debe realizar teniendo en cuenta el paradigma de la Encarnación como el propio Jesús nos enseñó, que ha venido para servir y no a ser servido. Así los misioneros y misioneras, conviviendo con la gente entre la que se encuentran insertados, procuran colaborar en la busqueda y realización de la vida en plenitud para todos, donde nadie se quede al margen.

Zon, bautizando
Zon, bautizando

Hoy la misión “ad gentes” e “inter gentes” es muy actual y su camino, como nos manifiesta la Exhortación Apostólica “Querida Amazonia”, pasa por el Dialogo Intercultural e Interreligioso entre la diversidad de los pueblos que poblamos el mundo, nuestra Casa Común. El diálogo no permite neocolonialismos y menos colonialismo clerical!

¿Qué ha dado y que le han dado en estos ya más de 25 años que lleva en Brasil?

¿Que he dado…? No lo sé. Eso tienes que preguntárselo a las personas con las que he convividos a lo largo de estos años. Yo por mi parte he procurado y procuro estar presente en medio de las personas con las cuales convivo y mutuamente nos enriquecemos con la vivencia de las diversas experiencias. Es un enriquecimiento mutuo. Esta convivencia me está ayudando a ser lo que soy, y ha contribuido, también, a enriquecer mi experiencia de fe, ayudándome a vivir una síntesis entre fe y vida.

¿La mitra le separó o le acercó más a la gente?

La confianza y la responsabilidad que el Papa Francisco me ha dado como obispo de esta Iglesia Local del Alto Solimões me ha puesto en contacto con experiencias que jamás había pensado vivir tan de cerca. Más que alejarme me ha dado y me da la oportunidad de ir conociendo otros pueblos y otras experiencia religiosas, que me ayudan a profundizar y purificar la mía.

¿Cómo está viviendo usted y su gente la pandemia?

Después de un periodo de miedo y nerviosismo nos fuimos acostumbrando a vivir con el COVID 19. A pesar de que las autoridades municipales tomaron medidas para la prevención, después de varias semanas el COVID 19 entró en nuestros territorios, siendo Perú y Colombia los más afectados. Desde el 19 de marzo estuvimos en aislamiento social, quedándonos en casa. Solamente los supermercados tenían unas horas de funcionamiento. También todas la programaciones pastorales fueron suspendidas. A lo largo de los meses de abril y mayo nuestra gente fue bastante obediente a las rutinas sanitarias decretadas por la autoridades sanitarias.

Zon, imponiendo las manos
Zon, imponiendo las manos

Los momentos de mayor nervosismo han sido la última semana de abril y la primera quincena de mayo, donde los casos positivos eran más numerosos y también las muertes. Muertes que crearon un ambiente de terror, pues los fallecidos no podían ser velados ni despedidos por sus familias. Tuvimos que improvisar un Cementerio, pues el de la ciudad no tenia espacio suficiente para acoger tantos difuntos seguidos. Llegamos a ser el 4º municipio de mayor índice mortalidad del Estado del Amazonas y con una letalidad mayor que Itália y España.

Desde el mes de junio las autoridades municipales iniciaron una gradual flexibilización en el aislamiento social y el 14 de junio hemos podido reabrir nuestras Iglesias al culto con un 30% de aforo y con los procedimientos sanitarios pertinentes: Tres personas por banco, un banco libre, mascarilla, alcohol-gel…

A pesar de cerrar nuestras Iglesias al culto, se llevó a cabo una mega acción caritativo-asistencial a través de nuestras Caritas Diocesana y Parroquiales. Se inició con una llamada a nuestra gente a la solidaridad local: “Quien tiene algo comparte con el que no tiene”. Así se inició, ayudando a las familias que más lo necesitaban. Rápidamente también nos llegaron las ayudas de varias entidades del Brasil y del exterior. El papa Francisco nos ayudó a través de la Nunciatura Apostólica y, también, las Obras Misioneras Pontificias del Brasil colaboró en esta acción de emergencia.

Aprovecho este espacio, para agradecer las ayudas que nos han llegado de España por parte de la Delegación de Misiones de la Diócesis de Orense y Manos Unidas que acaba de aprobar un Proyecto de Emergencia para 850 familias más necesitadas de las 8 parroquias que componen nuestra diócesis del Alto Solimões.

Zon en una misa
Zon en una misa

¿Qué piensan de Bolsonaro los indígenas de su Diócesis?

Gracias a Dios los pueblos indígenas que conviven en el Alto Solimões son muy fuertes en su organización social, pues tienen asociaciones que les han ayudado a defenderse, a ser respetados, tras haber adquirido la demarcación de sus territorios. Hay todavía algunos pueblos que están luchando aún por la demarcación de sus territorios. Nuestros pueblos indígenas esperan que el gobierno les ofrezca las condiciones necesarias para su supervivencia a través de la realización de políticas públicas. Mejorando las ya existentes, como Educación, Sanidad y Asistencia Social, crear otras políticas públicas en el ámbito de su organización económica.

¿Comparte la idea del Papa Francisco en la “Frattelli tutti” que en el capitalismo no hay salvación para los pobres?

Aún no he leído la Encíclica Fratelli tutti. Me parece extraño que la Fratelli tutti retome la palabra capitalismo, ya que desde la “Caritas in veritate” esa palabra ha sido silenciada por la Doctrina Social de la Iglesia, pues el capitalismo a lo largo de los últimos siglos ha adquirido significados muy diferentes entre ellos.

Lo que si estamos sufriendo es esta economía que estamos viviendo aquí y ahora, siempre creando crisis para los otros, entre los que se encuentran los pobres, y que la mayoría de los gobiernos la está implementando siguiendo su guión, una economía basada en la actividad financiera y no en la producción, manipulada por la mano “invisible” de quien tiene la sartén por el mango… esa economía no salva a nadie ni a los propios economistas y menos a los pobres.

ZOn, con un grupo de niños
ZOn, con un grupo de niños

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