"Ante el ingreso del proyecto de legalización del aborto en la Argentina" Alberto Roselli: "Espantosa coincidencia"

Alberto Fernández y Mauricio Macri
Alberto Fernández y Mauricio Macri

"Me refiero a la postura sobre el aborto del actual gobierno de Alberto Fernández y al anterior, que encabezaba Mauricio Macri"

"Legalizando el aborto, el país ve agrandar una llaga, una lastimadura que sangra por donde más duele, los más vulnerables"

"A nadie se le ocurriría en nombre de la propia libertad, exigir a un médico que le extraiga, por ejemplo, un riñón sano, sólo por ejercer la libertad. Es tan ridículo como absurdo"

"Es que se pretende identificar al niño en el vientre a un riñón con cáncer. A un quiste que si no es extraído pone en juego la vida"

"Un país, una sociedad, puede tener disidencias, enfrentamientos, diferencias. Y así debe ser. Lo que no puede permitir es que lo que se discuta sea la vida o la muerte. Pensemos. Disintamos. Discutamos. Coincidamos. Pero vivos"

I. Justo en lo que no había que parecerse.

Coincidir justo en esto es un verdadero espanto.

Me refiero a la postura sobre el aborto del actual gobierno de Alberto Fernández y al anterior, que encabezaba Mauricio Macri.

El país ve agrandar una llaga, una lastimadura que sangra por donde más duele, los más vulnerables, los incapaces de defenderse, los que no tienen ni voz ni voto, que está siendo usada –la llaga/grieta- sin piedad para dividir no sólo ideas sino personas, familias, comunidades completas.

De la diferencia esencial entre el neoliberalismo donde se prioriza la economía a la política, al peronismo de estos tiempos, que prometió defender la causa de las personas concretas, de la gente, sobre todo de los trabajadores; a la ideología vacía, sin argumentos y colmada de gritos y violencia, que pretende hacernos creer que libertad es hacer lo que uno quiera al precio que sea, sólo bastaron unos meses.

¡Y para colmo qué meses! Cruelmente dolorosos por muertes, ausencias, distancias casi insoportables, esfuerzos personales y sociales, ante un enemigo impiadoso como el Covid 19, para el que aún no hay más defensa que el cuidado de las medidas preventivas.

Que la estrategia del neoliberalismo mundial es desparramarse por todos los rincones para beneficios de unos pocos a costa de la dignidad del resto de la raza humana y del planeta, ya lo sabemos.

Que lo hacen a través de poner condiciones para el pago de deudas externas esclavizando con prácticas usurarias y de denigración, también lo sabemos.

Que el acceso a la salud y al trabajo es utilizado como modo de presión a los gobiernos del tercer mundo para que se rindan a los caprichos asesinos de esos pocos dueños del planeta, no es un misterio. De hecho ya fue varias veces desarrollado en este mismo espacio.

Pero que de ahí a que un gobierno como el actual en la Argentina, que aún con nombres que producen rechazos viscerales, fue elegido por el discurso humanista, en nombre del mentiroso argumento de cumplir promesas de campaña, le dé curso a la legalización de la muerte de seres humanos, pone de manifiesto una miserable obediencia debida y una incoherencia inexplicable a los principios fundantes de la propia idea política.

Justo en eso hay coincidencia entre unos y otros, a causa de quienes la llaga sigue supurando odios, intolerancias, desunión, indignidad, desocupados, pobres, y los becados de siempre.

II

Esta segunda parte pretende expresar razones de por qué una ley de aborto es siempre negativa, destructiva, inhumana y atenta contra el objetivo primario de la ley que es facilitar el bien común estableciendo derechos y deberes.

A nadie se le ocurriría en nombre de la propia libertad, exigir a un médico que le extraiga, por ejemplo, un riñón sano, sólo por ejercer la libertad. Es tan ridículo como absurdo.

Entonces por qué se hace lugar a hacerse sacar del vientre a un ser vivo, a una persona, constituida desde la misma concepción, principio comprobado científicamente a pesar que algunos pseudos militantes de la apertura de cabeza y del absurdo sigan discutiéndolo.

Es que se pretende identificar al niño en el vientre a un riñón con cáncer. A un quiste que si no es extraído pone en juego la vida.

Un bebé, una persona no es un quiste, aunque por los medios nos quieran hacer creer eso, que limita la libertad y la dignidad.

No es atrasar, adoptar la postura de defensa de la vida.

Atrasar es defender con gritos e insultos la justificación de la muerte porque sí. Y mucho más es atrasar en la evolución humana, creer que es lícito deshacerse de una vida incapaz de defenderse de esos gritos bestiales que defienden la muerte.

Esta es mi postura. Tan llena de dolor e indignación como de respeto. Por lo que quienes no piensen así tienen la oportunidad y el derecho de hacerlo pero con argumentos superadores, no con violencia ni gritos, ni agresiones, más propia de las bestias que hacen cualquier cosa por defender a sus crias … cuando en este caso es para lo contrario.

Un país, una sociedad, puede tener disidencias, enfrentamientos, diferencias. Y así debe ser.

Lo que no puede permitir es que lo que se discuta sea la vida o la muerte.

Porque eso es lo que somos: vida.

Si resignamos eso no nos queda nada, y eso es lo que pretenden los defensores del dinero y del poder ilimitado.

Pensemos. Disintamos. Discutamos. Coincidamos. Pero vivos.

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