"Rezamos por el papa Francisco, para que Dios le de fuerza para sostener nuestra Iglesia" El nuncio de Argentina expresó su deseo de la pronta beatificación del cardenal Pironio

Cardenal Eduardo Francisco Pironio
Cardenal Eduardo Francisco Pironio

También pidió tener presente a quien fuera el segundo obispo de la diócesis marplatense y Siervo de Dios, cardenal Eduardo Francisco Pironio, y deseó que “pronto sea elevado a la gloria de los altares a través de la beatificación”

El nuncio recordó que el mar "invita naturalmente a descubrir la profundidad de nuestra alma y de nuestra vida". "En las páginas del Evangelio, muchas veces encontramos a Jesús y a sus discípulos en el mar de Galilea. Los apóstoles fueron pescadores, gente que vivía del mar. El mar se ha convertido en un particular lugar de encuentro del ser humano con Dios”

En el marco de su visita pastoral a la diócesis de Mar del Plata, el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, presidió este domingo 29 de enero una misa en la catedral local. Concelebraron el obispo local, monseñor Gabriel Antonio Mestre; el vicario general, presbítero Luis Albóniga; el párroco de la catedral, presbítero Ariel Sueiro, junto con otros sacerdotes del clero diocesano.

Participaron de la celebración, el intendente municipal, Guillermo Montenegro; la presidenta del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero; autoridades legislativas, militares, gremiales y referentes de distintas organizaciones económicas, políticas y sociales de la ciudad.

Monseñor Adamczyk agradeció a los presentes el cálido recibimiento durante su estadía en la ciudad balnearia en los que mantuvo diversos encuentros con presbíteros, seminaristas, laicos y dirigentes de la comunidad y en la que también visitó comunidades religiosas.

"Rezamos por el papa Francisco, para que Dios le de fuerza para sostener nuestra Iglesia y rezamos por la paz en el mundo entero”, expresó durante la homilía de la misa. También pidió tener presente a quien fuera el segundo obispo de la diócesis marplatense y Siervo de Dios, cardenal Eduardo Francisco Pironio, y deseó que “pronto sea elevado a la gloria de los altares a través de la beatificación”. 

Al reflexionar sobre el sermón de la montaña, lo consideró “el corazón del Evangelio, todos buscamos la felicidad. Dios nos creó para que seamos felices porque nos ama. Jesús mismo encarnó cada una de las buenaventuras. Quiero dejarle los mejores deseos de felicidad, que no está en la prosperidad, sino en las pequeñas alegrías cotidianas".

Por su parte, monseñor Mestre agradeció una vez más la presencia del nuncio en Mar del Plata y su cercanía con los sacerdotes y toda la comunidad con la que estuvo interactuando en estos días.

Al término de la ceremonia, el representante papal saludó a las autoridades locales, provinciales y nacionales en compañía del obispo. También dialogó con turistas en las escalinatas del templo.

Por la tarde, el nuncio participó de la fiesta de los pescadores en la que acompañó a la comunidad portuaria en la tradicional fiesta de San Salvador, patrono de la colonia pesquera del puerto de Mar del Plata, con una procesión que partió de la parroquia Sagrada Familia hacia la banquina del puerto.

Allí, el nuncio recordó que el mar "invita naturalmente a descubrir la profundidad de nuestra alma y de nuestra vida". "En las páginas del Evangelio, muchas veces encontramos a Jesús y a sus discípulos en el mar de Galilea. Los apóstoles fueron pescadores, gente que vivía del mar. El mar se ha convertido en un particular lugar de encuentro del ser humano con Dios”, afirmó.

Además, el nuncio manifestó: “Pienso en los pescadores, marineros, las autoridades portuarias civiles y militares, y en todas las personas que viven al lado del mar y viven del mar. El trabajo de ustedes requiere sacrificios y renuncias; está ligado al peligro y a las dificultades. No siempre el mar es lindo y tranquilo. El mar nos permite descubrir la potencia de Dios y nos hace reconocer nuestros límites. Para conservar nuestra propia identidad y fe, para mantener vínculos familiares, para no ceder a la debilidad, debemos ser hombres y mujeres de oración”.

Sobre el final de su mensaje, monseñor Adamczyk expresó: “En ocasión de esta procesión náutica, quisiera presentar a todos los hombres y las mujeres del mar en la Argentina y especialmente de Mar del Plata, mis mejores deseos de buena salud, prosperidad y de todas las gracias celestes y terrestres, que necesitan”.

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