"Francisco tiene esa capacidad de hacernos sentir queridos" Austen Ivereigh: "Francisco nos dio una hoja de ruta para este mundo en crisis"

El Papa y Austen Ivereigh, en foto de archivo
El Papa y Austen Ivereigh, en foto de archivo

"Para mí lo central de la entrevista es cuando responde a la posibilidad de una conversión ecológica como resultado de la crisis. Y no solo ecología sino que si fuera posible que surgiera una economía más humana y menos líquida, usando su propia terminología""Francisco tiene esa capacidad de hacernos sentir queridos"

"La gracia de este momento es el ejemplo de esos servidores en nuestro entorno que son la señal de cómo deberíamos ser, cómo estamos llamados a ser. Y un futuro alternativo posible si somos capaces de asumir y seguir las huellas de estos héroes"

"Tener la oportunidad de ser su canal será una de las experiencias más ricas de mi vida. El privilegio de servir. En el fondo la entrevista es sobre eso"

El Papa Francisco habló de la pandemia que azota al mundo todo y lo hizo con el periodista Austen Ivereigh en una entrevista que se conoció a principio de esta semana. Conozco a este prestigioso colega desde que el cardenal Bergoglio fue elegido Papa. Entramos en diálogo en ese 2013 intercambiando impresiones sobre su personalidad, su palabra, sus gestos. Nos unió profesionalmente el mismo Francisco sin saberlo. Y hemos mantenido una amistad a la distancia felizmente interrumpida por algún viaje que él realizó a Argentina y pudimos coincidir.

Ayer por la mañana, como muchos de nosotros, me sorprendí tan gratamente al leer la profunda entrevista que le realizó al Sumo Pontífice sobre el tema coronavirus, sus tan variadas aristas de abordaje. Y claro: naturalmente nació esta conversación que compartimos para RELIGIÓN DIGITAL.

¿Cómo surgió esta entrevista? ¿La tenías pedida pre-pandemia o fue ya durante su expansión?

Fue algo muy impulsivo de mi parte a mediados de marzo en plena crisis coronavirus. Él dio un par de entrevistas cortas a medios italianos y españoles; la crisis estaba empezando a llegar a nuestras tierras, al Reino Unido, y los Estados Unidos. Le hice llegar un mensaje simplemente para decirle que me parecía que sería un momento fantástico para dirigirse al mundo de habla inglesa porque él ha dado muy pocas entrevistas a los medios en esta lengua. Y le pedí si pudiera dirigirse a medios católicos para reflexionar sobre la crisis. Tuve una respuesta muy cálida de él, escrita de su puño y letra, y enviada en PDF por su secretario que decía que en ese momento no le parecía oportuno hacer entrevista pero que no tenía problemas en que yo le enviara las preguntas para que él las meditara. Le mandé 6 temas y cada tema tenía varias preguntas que él podía contestar como quisiera todo dirigido al tema del virus y cómo podemos vivirlo; y no escuché nada más.

Él hizo la bendición “urbi et orbi” [27 de marzo, en la Plaza desierta, bajo la lluvia] que naturalmente seguí con gran atención y me impactó muchísimo. Cuando yo le mandé los 6 temas intuía que él sabía que había una crisis y una oportunidad de conversión y eso fue lo que yo, por instinto, le estaba pidiendo. Él en esa reflexión, en la Plaza de San Pedro, respondió a mi pedido: el Papa como piloto de tormentas guiándonos y haciéndonos ver que hay una oportunidad de conversión aquí. A nivel espiritual él lo hizo.

Austen y Virginia
Austen y Virginia

Yo le escribí después diciéndole que no se preocupara, le agradecí su liderazgo, y le ofrecí que si le parecía contestar las preguntas yo podía cambiarlas a la luz de lo vivido el 27 de marzo. Él me respondió con un mensaje que me impactó mucho. Sin dar los detalles, percibí que él estaba sufriendo mucho la situación; no solo lo del coronavirus, el confinamiento y el colapso económico sino que a nivel personal seguía recuperándose de una bronquitis muy fuerte que fue muy evidente durante la bendición “urbi et orbi”, y que también tenía mucho trabajo producto de la misma crisis. A lo que yo respondí que no es el momento de hacer la entrevista.

Unos días más tarde, el viernes pasado exactamente, recibí un mensaje de su secretario en el que me preguntaba si me importaba que el Santo Padre grabara las respuestas a mis preguntas. A lo que contesté: “por supuesto, me encantaría”.

El sábado pasado me llegó un archivo de audio de 45 minutos mientras yo estaba en el medio de algunas actividades en el jardín y le había prometido a mi esposa plantar un árbol. Estaba cavando un pozo en la tierra y decidí terminar de plantar escuchando el audio con auriculares. Me di cuenta a los pocos minutos de que se trataba de una reflexión profundísima, una hoja de ruta para un mundo en crisis. Era Bergoglio-Francisco como piloto de tormentas reflexionando a nivel muy profundo qué significa la crisis para la humanidad y la gracia de la conversión contenida en ello, y que hay que aprovechar. Lo hizo suavemente y respondiendo a su manera. Entendí que tenía en las manos una entrevista importantísima de valor para la humanidad entera en este momento.

Escuchándolo, me di cuenta de que dos cosas eran necesarias. Una: que todo el mundo tuviera acceso al texto integral, que no se convirtiera en una noticia periodística. La otra: publicarlo en vísperas del triduo de la Pascua porque tiene un mensaje muy potente para esta fecha.

Decidí publicarlo en dos medios católicos de habla inglesa. Uno en Inglaterra y otro en Estados Unidos; ninguno de los dos había publicado con anterioridad una entrevista papal así que estaban muy felices. Eso también me gustó; eran medios de la Iglesia.

Al mismo tiempo era necesario que el mundo hispanoparlante tuviera acceso a ello. La entrevista fue realizada en español. Contacté a Juan Vicente Boo de ABC y le pedí que ayudara con la desgrabación y edición, así que ambos trabajamos en la edición española. Enviamos el texto al Papa para que lo revisara y aprobara. Luego yo lo traduje al inglés y Antonio Spadaro SJ se ofreció a traducirlo al italiano para su versión oficial y publicarlo en la Civilta Cattolica. No hubo tiempo de ofrecerlo en otros idiomas pero estoy muy contento que está en francés, por ejemplo, ahora mismo en Le Figaro.

De las columnas conceptuales en las que el Papa apoya su acompañamiento (trabajo, piedad, contemplación, streaming, creatividad, incertidumbre, el después, oración, hacerse cargo del otro, ejemplaridad política, economía, coherencia, hipocresía, los pobres, pastores cercanos…) y nos da herramientas para seguir en marcha, ¿cuál te sorprendió más, en cuál te gustaría seguir ahondando, cuál te resultó más inspirador?

Escuchando el audio original, era evidente que él había pensado mucho en sus respuestas y había tomado apuntes. Se notaba que en algunos tramos él estaba leyendo; en otros momentos sentí la intensidad de su reflexión. Para mí lo central de la entrevista es cuando responde a la posibilidad de una conversión ecológica como resultado de la crisis. Y no solo ecología sino que si fuera posible que surgiera una economía más humana y menos líquida, usando su propia terminología. Entiendo también que es la parte más compleja porque él empieza hablando de la naturaleza, las catástrofes parciales, y en realidad está hablando de la memoria. Él dice que tenemos una memoria selectiva, que queremos editar el pasado y no sacamos provecho de ello. La memoria como un don de conversión.

En una de sus respuestas se refiere a los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola [fundador de la Compañía de Jesús, en la que el Papa se ordenó como sacerdote jesuita] en su primera semana donde, por un lado, se recuerda el pasado de pecado y de gracia y don por otro; momento de apertura a la acción de Dios. Francisco nos invita a no perder la oportunidad de esta crisis, no la convirtamos en una anécdota, en algo que no tiene efecto a largo plazo. Y da ejemplos. Hay algo en esta crisis que nos quiere dejar una enseñanza, tenemos algo que aprender. En otro momento de audio, su voz se pone muy pausada, lenta al hablar de la contemplación: “este es el momento de ver al pobre” porque ellos y la pobreza están escondidos. Y dice también que se atreve a dar un consejo: es el momento de ir al subterráneo, de ir al encuentro del pobre, personas que normalmente ignoramos, descartamos, no vemos. ¿Estaremos dispuestos a hacer esto? Si no comenzamos ahí, no habrá conversión, dice el Papa.

¿Y qué te quedó luego de este intercambio?

No tuvimos ningún contacto personal así que no hubo intercambio espontáneo, pero lo que sí hubo fue un intercambio de mensajes, de cartas. De toda esta experiencia esto es lo que me ha quedado como uno de los dones recibidos: sus mensajes tan tiernos, tan paternos agradeciéndome lo que hago para la Iglesia. En la última nota, que fue para aprobar el texto final, me felicitó por ayudar a poner sentido a su logorrea, “del caos al cosmos”. Esa capacidad que él tiene de hacernos sentir queridos.

A nivel personal, algunos en Twitter me han felicitado, me han dicho algo como “qué campeón, obtuviste una entrevista con el Papa” porque para un periodista católico es un enorme logro, pero en realidad no lo veo así. Esos tuits no me han caído bien. Porque esto no tienen nada que ver con un mérito mío. Nos habíamos conocido con Francisco a través de los dos libros que escribí sobre él, para el segundo libro tuvimos un encuentro de 45 minutos, en Casa Santa Marta el junio de 2018. Había una confianza pero no es que nos conozcamos bien. Pienso que yo sugerí algo que a él le pareció importante que era comunicar al mundo en crisis. Fue providencial el hecho de que yo tuviera allí mismo mis preguntas, me las había pedido para ayudarlo con la reflexión sobre el significado de momento actual.

¿Cómo te hace sentir esto como creyente, como ser humano, como periodista?

Humilde privilegiado. Agradecido por la increíble Providencia de momento. Y viviendo este día, que ha sido muy intenso [esta entrevista para RD fue realizada el mismo 8 de abril], viendo cómo el mensaje se está extendiendo por el mundo, cuando la gente la lee y el efecto que tiene sobre ella, lo que me da una satisfacción enorme. Yo soy nada más que un canal. El Papa me ha enseñado que hay una diferencia entre ser mediador e intermediario. Un mediador es alguien que facilita la comunicación y el encuentro en la relación, y luego desaparece en función de esto. El intermediario busca aprovecharse, se pone a sí mismo en el medio de esa relación. Lo que únicamente deseo es que la gente tenga acceso a este pensamiento, a esta reflexión tan profunda en este momento de crisis. Tener la oportunidad de ser su canal será una de las experiencias más ricas de mi vida. El privilegio de servir. En el fondo la entrevista es sobre eso. Yo estoy en mi casa, en el campo, en Inglaterra; no soy médico, no soy enfermero, no estoy ayudando en los supermercados a abastecer a la humanidad en este momento, no estoy arriesgando mi vida en nada, pero tal vez en este pequeño servicio de ayudar a publicar la voz del Papa en este momento tan significativo para la humanidad, me consuela al poder servir

¿Lo más sentido por él, lo que vos percibiste que lo hizo vibrar?

Entiendo que es esta parte, cuando habla de la conversión, sobre la potencia de la memoria: ¿seremos capaces de cambiarnos, de asumir el momento? “Los santos de al lado”, una frase muy querida para él y al heroísmo, los héroes. ¿Quiénes son los héroes de este momento? Son los médicos, los enfermeros, los sacerdotes, las religiosas. Son los que sirven a otros y están dispuestos a arriesgar sus vidas para entregarlas a otros en el servicio. Él se refiere a esto y cita la novela de Manzzoni hablando de que Dios no deja a medio hacer sus milagros. La gracia de este momento es el ejemplo de esos servidores en nuestro entorno que son la señal de cómo deberíamos ser, cómo estamos llamados a ser. Y un futuro alternativo posible si somos capaces de asumir y seguir las huellas de estos héroes.

Austin
Austin

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