Abusos, poder y dinero: la renuncia forzada que sacude la prelatura de Juli Ciro Quispe, el obispos destituido por el Papa León XIV, tenía diez parejas y malversaba fondos

“El caso salió a flote porque las mujeres se enteraron de que el obispo salía con varias de ellas a la vez y eso las enfureció”
"Las investigaciones revelaron contratos irregulares, designaciones de cargos y obras adjudicadas a algunas de sus parejas, así como el destino de mobiliario eclesial a negocios particulares y la apropiación de fondos internacionales"
El caso de Juli refleja la determinación del Papa León XIV de afrontar con transparencia, rigor y justicia los escándalos de abusos y corrupción dentro de la Iglesia
El caso de Juli refleja la determinación del Papa León XIV de afrontar con transparencia, rigor y justicia los escándalos de abusos y corrupción dentro de la Iglesia
El obispo Ciro Quispe López, de la prelatura peruana de Juli (Puno), fue apartado de su cargo tras revelarse una amplia trama de relaciones sentimentales, corrupción y malversación de fondos en la diócesis, según los resultados de una investigación que conmocionó a la Iglesia peruana. El artículo, firmado por Carlos Espinoza y publicado por Infobae, detalla las pruebas y testimonios recabados durante el proceso y las contundentes medidas adoptadas por el papa León XIV ante el escándalo.
En julio de 2024 salieron a la luz graves denuncias sobre la vida privada y la gestión económica del obispo Ciro Quispe López. La revista “Hildebrandt en sus trece” y el medio “Sin Fronteras” documentaron que mantenía relaciones simultáneas con al menos diez mujeres, incluidas religiosas y novicias.
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Las pruebas —audios, videos, mensajes y testimonios directos de las afectadas y empleadas como “Julia”— implican encuentros íntimos dentro de la propia prelatura y un control estricto sobre las visitas. Uno de los reportajes subraya: “El caso salió a flote porque las mujeres se enteraron de que el obispo salía con varias de ellas a la vez y eso las enfureció”.
Testigos y exempleados detallaron además indicios irrefutables de las actividades del obispo en las dependencias eclesiales y denunciaron amenazas recibidas tras exponer el caso: “Veía toallas higiénicas, rastros de sangre en la cama, pelos de mujer en la ducha, latas de cerveza. Sus sábanas tenían manchas… Todo eso tenía que limpiar”, confesó la exempleada, mientras otros confirmaban el flujo constante de visitas femeninas al obispo y prácticas impropias, como el ofrecimiento de alcohol a una menor durante la pandemia.
Asimismo, las investigaciones revelaron contratos irregulares, designaciones de cargos y obras adjudicadas a algunas de sus parejas, así como el destino de mobiliario eclesial a negocios particulares y la apropiación de fondos internacionales, lo que llevó a la comunidad y autoridades aymaras a exigir la restitución de más de 100.000 soles destinados a programas sociales.
La reacción del Vaticano incluyó el envío de un visitador apostólico, el obispo Marco Cortez Lara, quien recabó pruebas físicas y testimoniales. Finalmente, el papa León XIV aceptó la renuncia de Quispe López, de solo 51 años, una edad muy inferior a la canónica para el retiro episcopal. La comunidad católica sostuvo la decisión como una respuesta firme a los abusos de poder, aunque permanecen abiertas diversas denuncias penales y canónicas.

El caso de Juli refleja la determinación del Papa León XIV de afrontar con transparencia, rigor y justicia los escándalos de abusos y corrupción dentro de la Iglesia. La investigación, la presión social y el uso público de testimonios y evidencias marcan un precedente para el manejo de casos similares y envían un mensaje claro de que la dignidad, la verdad y el buen gobierno eclesial son valores irrenunciables en la nueva etapa para la Iglesia latinoamericana.
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