Mártir de la persecución religiosa en la segunda década del siglo XX “Nunca fue tan fácil ganarse el cielo”. Conmemoran en Michoacán el martirio de San Joselito

“Nunca fue tan fácil ganarse el cielo”. Conmemoran en Sahuayo, Michoacán el martirio de San Joselito.
“Nunca fue tan fácil ganarse el cielo”. Conmemoran en Sahuayo, Michoacán el martirio de San Joselito.

Durante la celebración en memoria del martirio de San José Sánchez del Río, el obispo de Zamora, Michoacán, Mons. Javier Navarro Rodríguez pidio a los feligreses aprender del santo mexicano y ser más audaces en la defensa de la fe católica, la familia, el matrimonio, la vida y la distribución más justa de los bienes.

Feligreses de Sahuayo, Michoacán, tierra natal de San José Sánchez del Río, en un ambiente festivo, realizaron diversas celebraciones eucarísticas, peregrinaciones y construyeron tapetes con flores y colores para conmemorar el martirio del niño michoacano.

En el mes de febrero, feligreses de distintas diócesis en México, realizan diversas celebraciones para conmemorar el martirio que sufrió el niño José Sanchez del Río, mejor conocido como “San Joselito” 

En su natal Sahuayo Michoacán, desde muy temprano cientos de hombres, mujeres y niños se reunieron en las escalinatas del monumento a Cristo Rey, para elaborar tapetes monumentales con miles de flores y colores que formaban diversas figuras, que en la noche fueron iluminados con miles de veladoras. La expresión artística denominada “Alfombra de luz 2022” iniciaba desde donde fue su casa, hasta llegar al Monumento de Cristo Rey en el cerro de Santiaguillo.

En la misa solemne de fiesta a San José Sánchez del Río, desde la capilla de su santuario, presidida por Mons. Javier Navarro Rodríguez, obispo de Zamora, Michoacán, se recordó la memoria del querido “San Joselito” y se pidió su intercesión para que en estos momentos de enfermedad y falta de paz, proteja a su pueblo natal y les brinde salud física y espiritual. 

Durante su homilia, el obispo mexicano aseguró que “la muerte del martir es oportunidad de triunfo” y que por esa razón, más bien se celebra el día de su verdadero nacimiento. 

“Nosotros celebramos el triunfo y no puede ser de otra forma, celebramos el triunfo, porque alguien de los nuestros, convencido hasta la medula de los huesos convencido de su fe, murió antes de traicionar sus convicciones de fe y a Jesucristo, celebramos el triunfo de la voluntad de Dios ante la voluntad del hombre” 

Mons. Navarro, reconoció que la expresion de Jose Sanchez del Río: ”Nunca fue tan fácil ganarse el cielo” tiene una apariencia paradógica increible y preguntó a los fieles “¿A poco era fácil antes o a poco es fácil ahora ganarse el cielo?” 

Por lo que aunque aseguró que no es nada fácil, esto sólo demuestra que Joselito era un joven lleno del espíritu de Dios. “¿Fácil?,  pues si así le fue, tuvo que pasar hambres con el Ejército Cristero, tuvo que sufrir ante los que le pedían que claudicara, pero queda claro que él que tenía muy claro que vamos de paso y que la patria definitiva no es ésta, si no el cielo”. 

“Es clarisimo en nuestro santo José, la vida que arriesgó y que aparentemente perdió, la ganó resucitando y la ha ganado porque ¿A cuántos de nosotros no nos ha resucitado en nuestro interior? con nuevos brios y nuevos desesos de luchar, tras la certeza firme que después de esta lucha, viene el triunfo con Cristo, con su resureccion”, dijo. 

Alfombra de flores para conmemorar a José Sánchez del Río

¿Quién fue San Joselito?

José Sánchez del Río nació el 28 marzo de 1913, en Sahuayo, Michoacán, un niño que se convertiría a sus 14 años, en modelo de santidad para chicos y grandes. 

“San Joselito” fue hijo de Macario y María, matrimonio con una gran fe católica. Tuvo tres hermanos y era reconocido por ser un niño generoso, buen amigo y con todas las características normales de los chicos de su edad, pero con una clara conciencia de su pertenencia a Cristo y a su Iglesia.

Durante la guerra cristera manifestó su deseo para defender la fe católica, tras la muerte de Anacleto González Flores.

Su frase distintiva, fue la que le dijo a su madre que se oponía a que se involucrara en el conflicto armado. “Mamá, nunca como ahora es tan fácil ganarnos el cielo”. 

Fue martirizado el 10 de febrero de 1928 de manera atroz. Le rebanaron las plantas de los pies y lo hicieron caminar así hasta el panteón municipal. Ahí los soldados lo apuñalaron, en cada puñalada José gritaba: “¡Viva Cristo Rey!”, “¡Viva Santa María de Guadalupe!”. Después le dispararon dos veces en la cabeza. 

Fue canonizado por el Papa Francisco el 16 de octubre de 2016.

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